Para el Villarreal, la pérdida de Sørloth activaba directamente la maquinaria eficiente de su dirección deportiva, sumando a sus filas a nombres llamados a recuperar su mejor versión sobre el verde como Nicolas Pépé o Pape Gueye, en una faceta que ya ha brillado como una de las especialidades del técnico groguet, Marcelino García Toral. Además, como salto de calidad, y a un precio de mercado casi irrisorio, se anunció la llegada de Ayoze Pérez por tan solo cuatro millones de euros, una auténtica ganga estival, a la que habría que sumar la incorporación a coste cero de Sergi Cardona, una de las revelaciones de la pasada temporada.