Santo Tomás Moro fue declarado patrono de los políticos y gobernantes por San Juan Pablo II en 2000. Su fiesta se celebra cada 22 de junio y también se le considera patrono de los abogados.
Thomas More nació en Londres, Inglaterra en 1477 y fue político, humanista, abogado y traductor.
Estudió en la Universidad de Oxford y se graduó de abogado. Tuvo una carrera exitosa y fue parte del parlamento inglés. También fue canciller de Enrique VIII, explica Diego López Marina en una nota de Aciprensa.
El hombre no pude ser separado de Dios, ni la política y la moral.
Santo Tomás Moro
Estuvo casado con Jane Colt, con quien tuvo cuatro hijos. Es recordado por defender con su vida la indisolubilidad del matrimonio.
Fue encarcelado y murió mártir el 6 de julio de 1535 por mantenerse fiel al primado del papa y no aceptar que Enrique VIII se separara de la Iglesia Católica para divorciarse y contraer nuevas nupcias.
Enunciados y enseñanzas de Moro
Algunos de los enunciados de Santo Tomás Moro son estos:
1. En tiempos recios: ser creyentes y hacer política
Para Santo Tomás Moro el rechazo de la moral, o la ruptura entre esta y lo político representaba, paradójicamente, el más grave de los errores políticos, equiparable, en el ámbito espiritual, a la ruptura con Dios.
2. La esperanza, el “motor” del político
En la obra Utopia, publicada ingeniosamente por Moro en 1516, con una gran riqueza filosófica, política y teológica, acuña y define el término utopía: sin lugar o en ningún lugar.
Por esta publicación fue llamado a ser parte de la administración pública de su tiempo.
3. Amigo sí, pero más de la verdad
Enrique VIII y Santo Tomás Moro cultivaron la amistad y una relación de cierta confianza, sin embargo Moro siempre mantuvo su apego a la Iglesia Católica.
La voluntad de Enrique VIII de querer contraer nuevas nupcias llevaron a la corona británica a una ruptura con Roma y el surgimiento de la Iglesia Anglicana.
Defender la fe católica junto a su amigo el obispo Juan Fisher, en contra del rey los llevo a ser acusados de traición a la corona. Ambos fueron llevados a prisión y posteriormente ejecutados.
En el patíbulo, antes de ser ejecutado, el excanciller del rey gritó: “Muero con un buen servidor del rey, pero primero servidor de Dios”.
Con información de aciprensa.