Sobre engendros e invertidos



En 2004 se proclamó el 17 de mayo como Día Internacional contra la Discriminación por Orientación Sexual e Identidad de Género, con el objetivo de visibilizar, promover y reclamar por los derechos humanos del colectivo LGBT+ en todo el mundo. En estas dos décadas hubo múltiples avances, pero en los últimos meses los retrocesos son enormes.

“Que nadie quede atrás: igualdad, libertad y justicia para todes”, es el lema de este año. “Es un llamado a la unidad y la solidaridad en un momento de retroceso global contra la democracia y los derechos, cuando muchas personas LGBT+ siguen enfrentando violencia, estigma y discriminación”, dicen desde la Asociación Internacional de Lesbianas, Gais, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA), que promueve la igualdad desde hace 45 años.

“La persecución contra las personas LGBT+ continúa a niveles alarmantes en muchos países. Se ven tendencias contrarias a la homosexualidad, así como la criminalización explícita de las relaciones entre personas del mismo sexo -dice un comunicado de ONU Mujeres-. También se ha producido una oleada de esfuerzos legislativos para restringir los derechos de las personas transgénero, y el auge de las leyes ‘antipropaganda'”.

Se llama así a las leyes que prohíben “promover” o “permitir” la homosexualidad, leyes que institucionalizan la homofobia y castigan a quienes mantienen “relaciones no-tradicionales”.

El 17 de mayo de 1990 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que la “orientación sexual no es un trastorno” y excluyó a la homosexualidad de su lista de enfermedades. En 1973 la Asociación Norteamericana de Psiquiatría ya había descartado la homosexualidad del Manual de Trastornos Mentales (DSM-II).

La patologización siempre fue una violación a los derechos humanos de las personas LGBT+. Y el odio está de vuelta. A la par del crecimiento de grupos extremistas, los derechos están siendo atacados y quitados. El Ministerio de Salud de Perú, por ejemplo, acaba de publicar un decreto que clasifica a las personas trans como enfermos mentales.

Lejos de sorprenderse por canes clonados, médiums y charlas con perros muertos, Nicolás Márquez, referente cultural del presidente Javier Milei, habló de “los problemas mentales” de las personas LGBT+. Les dijo “invertidos”. En Barracas, un hombre incendió a cuatro mujeres lesbianas. Tres murieron. Las llamaba “engendros”. El clima de confusión, y odio, es alarmante.

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