Hace exactamente diez años, Luis Suárez se metía en la historia de los mundiales (si ya no lo estaba) para anotarle un doblete a la selección inglesa en Brasil 2014.
El duelo entre Suárez y los ingleses tenía todos los condimentos. Por un lado, el Pistolero llegaba “en una pierna”, ya que apenas dos meses atrás había sido operado de los meniscos. Con voluntad, el apoyo profesional de Walter Ferreira y contra todo pronóstico, el 9 llegó al campeonato. Se perdió, sí, el partido debut ante Costa Rica, en el que, para peor, la celeste cayó 3 a 1 en un partido de pesadilla ante la selección que resultó revelación en el grupo.
Por otro lado, estaba el factor morbo: los ingleses, con excepción de los hinchas de Liverpool, “odiaban” a Suárez. Lo llamaban “tramposo”, criticaban su actitud en las canchas, lo acusaban de gestos racistas y no le perdonaban tener “de hijos” a casi todos los arqueros y defensores de la Premier League.
Y, finalmente, estaba “la yeta”. Uruguay llevaba 44 años y 15 partidos sin derrotar a selecciones europeas en los mundiales. Era mucho.
Los ingleses llegaban a ese encuentro con Uruguay también con cero puntos, porque habían caído ante los italianos 1-2 en el debut.
Con ese panorama, el 19 de junio de 2014, en el Arena Corinthians, se jugó el partido.
A los 39 minutos, cuando se iba la primera mitad y había igualdad en el marcador, llegó el primer grito, con centro de Cavani y cabezazo de Suárez para dejar sin asunto al arquero Hart.
Los dirigidos entonces por Óscar Tabárez se quedaban con la victoria, pero a los 75 el temible Wayne Rooney puso la igualdad. Los celestes podrían haber bajado los brazos, pero no lo hicieron, aunque algunos de los jugadores, Suárez entre ellos, estaban extenuados.
El encuentro se iba en tablas pero, faltando cinco minutos para el tiempo reglamentario, apareció otra vez él, el Pistolero. Hubo un despeje fallido de un defensa inglés y Suárez corrió y ajustició a Hart.
Enseguida del gol fue sustituido para cosechar una merecida ovación. Uruguay volvía a derrotar a un representativo europeo luego de más de cuatro décadas, y el nombre de Suárez se agrandaba un poco más.
Unos días después vino “la mordida” a Chielini y la suspensión criminal que le aplicó la FIFA, pero eso es otra historia.