Más de 5.000 vecinos de San Francisco de Coronado recuperarían el acceso al agua a partir de setiembre, si el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA) cumple el compromiso anunciado este 13 de mayo.
La entidad afirmó que invertirá ¢658 millones para ampliar la infraestructura en agua potable a la que es considerada la comunidad más afectada con cortes en el suministro de la Gran Área Metropolitana (GAM), pues lleva más de tres décadas de sufrir faltantes frecuentes y prolongados del líquido.
La institución atribuye los problemas a deficiencias en la oferta de agua potable e infraestructura.
De manera paliativa, el AyA instaló 11 tanques fijos y distribuyó agua en camiones cisterna. Además, invirtió ¢113 millones en la instalación de tubería para la interconexión y rebombeo con otros sistemas. También se compromete a incorporar nuevas fuentes al sistema de San Francisco de Coronado, un proyecto que supera los ¢65 millones.
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El plan de mejoras incluye la sustitución de 3,4 kilómetros de tubería que conecta el sistema de Vista Mar con el tanque de La Finca. Con esta conexión, se incrementará el caudal en 4 litros por segundo. Este plan tiene un costo estimado de ¢405 millones.
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AyA reconoce que San Francisco de Coronado, en donde residen más de 5.000 personas, es la comunidad de la GAM más afectada con la falta de agua potable. (Cortesía)
Según AyA, la inversión total asciende a ¢658 millones. Esto garantizaría “en el cortísimo plazo” el suministro de agua potable a esta comunidad. La promesa es para setiembre.
La Defensoría de los Habitantes ha recibido alrededor de 50 denuncias por problemas de agua en lo que va de este año. Solo de San Francisco de Coronado registra unos 22 reclamos pues los vecinos alegan que, en ocasiones, el agua les llega dos horas al día.
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Entre las quejas recibidas por la Defensoría está el caso de una señora quien relató que luego de la crisis ocasionada por la contaminación con hidrocarburos en otros cantones, continuaron los cortes constantes. A su criterio, el agua de esa zona se utilizó para reforzar los sistemas que habían sido afectados por la contaminación.