¿Quiénes son los tres candidatos a las elecciones presidenciales de México? | Internacional | Noticias



Los mexicanos acudirán este domingo a una cita histórica: elegir por primera vez a una mujer como presidenta de este país desangrado por la violencia del narcotráfico y de género.

Estos son los tres aspirantes:

Claudia Sheinbaum

Claudia Sheinbaum Pardo (Ciudad de México, 1962) es cercana al presidente desde el 2000, cuando fue secretaria de Medio Ambiente de Ciudad de México, durante la gestión de López Obrador como jefe de Gobierno hasta 2006, mismo cargo que ella ocupó en 2018, siendo entonces la primera mujer.

“México está listo para una presidenta, para una astronauta, para una ingeniera. Las mujeres mexicanas estamos listas desde hace mucho tiempo” , ha asegurado en repetidas ocasiones.

Sheinbaum, de origen judío, ha presumido de que sus orígenes políticos vienen desde la infancia, pues sus padres participaron del movimiento estudiantil de 1968, lo que impulsó su activismo.

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Su labor política la inició en el Partido de la Revolución Democrática (PRD) -del cual López Obrador fue candidato presidencial en dos ocasiones- al que ella se adhirió en 1989.

“Ha sido una campaña extraordinaria, con mucha entrega de la gente, de mucho cariño, la verdad yo estoy emocionada e ilusionada”, dijo Sheinbaum a EFE en la última jornada de campaña en la ciudad de Guadalajara (Jalisco, oeste de México) antes del cierre de su campaña este miércoles en Ciudad de México.

En la salida de un acto electoral en la Alcaldía Magdalena Contreras, al sur de la capital mexicana, la comerciante Olga Limas vende unos pequeños adornos en forma de pato con el peinado de la candidata presidencial del partido gobernante Morena.

La vendedora comentó que quiso hacerlo “por apoyo a Claudia y por apoyo al presidente también”, porque en su familia “desde siempre” han sido “obradoristas”, como se llama a los seguidores de López Obrador, cuyos pasos Sheinbaum también ha seguido desde hace años.

Limas opinó que como jefa de Gobierno, Sheinbaum, “como todos”, “tuvo sus errores, pero ojalá que esos errores le ayuden” a aprender, y comparte el “orgullo” de que llegue a ser “la primera presidenta” en la historia de México.

La “más preparada” para continuar la Transformación

Una canción que se repite en los actos de campaña dice que “la próxima es Claudia”, a quien llama “una gran matriarca” y “la mujer más preparada”.

Sheinbaum estudió física en la Universidad Autónoma de México (UNAM), donde obtuvo un doctorado en Ingeniería Energética y pertenece al Sistema Nacional de Investigadores, títulos por los que también es conocida como “la doctora”.

En 2000 se incorporó al gabinete de López Obrador, cuando él era jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal.

Ahí se desempeñó como secretaria de Medio Ambiente y en 2006 se convirtió en vocera de la primera campaña a la Presidencia de México del actual mandatario.

En Guadalajara, Victoria Vega, médica de profesión, contó que no se podía perder el cierre de su candidata favorita al que viajó con una amiga.

“Estoy sorprendida de que (haya) tanta gente, después de tanta guerra sucia”, comentó, al describir a Sheinbaum como una mujer “muy preparada”, pero también “sensible, que busca la continuidad de López Obrador, ayudar a los más necesitados”.

La propia Sheinbaum no ha dejado de recordar durante toda la campaña que su misión es prolongar y profundizar la transformación iniciada por López Obrador, a quien se refiere como “el mejor presidente de la historia de México”.

En concreto, ha reiterado su compromiso de avanzar en los programas sociales lanzados por el actual mandatario destinados especialmente a la población de bajo recursos y que son muy populares en el país.

Así lo subrayó Rocío Jiménez Acosta, vecina de la colonia capitalina Malinche, quien considera “un logro” de Morena “hacer que los apoyos o los programas sociales” estén en “una ley”, en referencia a las iniciativas para elevar el rango constitucional de estas políticas sociales.

“Lo que más nos atrae son los programas sociales que se nos va a dar a todos los que estamos aquí dentro”, señaló la mujer, que se organizó con sus vecinas para mostrar su apoyo a la candidata en el evento, al que, aseguró, acudieron con sus “propios recursos”.

Xóchitl Gálvez

Xóchitl Gálvez encarna una historia de superación: la de una niña de origen indígena que vendió gelatinas para sortear la pobreza, se convirtió en una empresaria exitosa y ahora es la carta de la oposición para gobernar México.

“En un camión como este me fui del pueblo para buscar suerte” en la capital, recuerda la política de centroderecha en un video de campaña, en el que viste uno de sus coloridos huipiles, blusa tradicional indígena.

Nacida hace 61 años en Tepatepec, comunidad rural del estado de Hidalgo (centro), su infancia estuvo marcada por la violencia intrafamiliar, con un padre alcohólico, según cuentan ella y familiares.

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“Llegaron a vivir aquí porque económicamente no les alcanzaba”, dice su prima Norma Angélica Ruiz, odontóloga de 68 años, mientras recorre la casa de los abuelos que acogió a los Gálvez Ruiz y sus cinco hijos.

Ocupaban un cuarto donde aún cuelgan fotografías de Xóchitl adolescente con su familia.

“Mentira que eran tan pobres, es de las casas más grandes del pueblo”, sostiene no obstante Dalila García, comerciante del mercado de Tepatepec.

Pero Ruiz señala recuerdos de esa precariedad. “Como no había refrigerador, arriba, en esas vigas, se colgaban las famosas gelatinas en canastas”.

Los allegados a Gálvez reconocen la poca popularidad de la candidata en Tepatepec, donde hay más propaganda electoral de su rival de izquierda y favorita, Claudia Sheinbaum.

“En este pueblo, si eres exitoso, eres sospechoso”, resume la prima.

A la “güereja”, como la llamaban por su piel clara, la recuerdan poco juguetona y muy estudiosa. “En la secundaria aprendió a coser y luego les enseñaba a mujeres” marginadas, recuerda Ruiz.

En la época, Tepatepec solo tenía primaria, por lo que Gálvez tuvo que recorrer largas distancias para seguir estudiando.

De carácter desparpajado y hablar coloquial, ahora se contiene. “También debía haber una Xóchitl seria, la gente no quiere una presidenta que diga malas palabras”.

Pero mantiene su estilo retador. A Sheinbaum le dedicó remoquetes como “dama de hielo” y “narcocandidata”.

“Mientras tú a los diez años bailabas ballet, yo tenía que trabajar”, lanzó a Sheinbaum, una física de 61 años perteneciente a una familia de científicos de origen judío.

También al presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, le envió una advertencia al cerrar su campaña el miércoles en Tepatepec: “El domingo ese falso ídolo con pies de barro va a caer”.

Sin embargo, esos ataques no parecen haberle ayudado a repuntar en los sondeos, que la muestran 17 puntos porcentuales por detrás de su rival.

Analistas consideran que tras una larga y extenuante campaña ha perdido frescura, al tiempo que incurre en sonadas pifias.

Aplaudió el triunfo del polémico Javier Milei en Argentina, para luego tener que aclarar que ella no es de “extrema derecha”.

Cuando buscaba responder a amenazas de Donald Trump de expulsar a los migrantes, insinuó que los mexicanos sólo lavan baños en Estados Unidos.

A los 17 años llegó a vivir sola a Ciudad de México para estudiar en la estatal UNAM.

“Sólo quería ser ingeniera en computación y le atinó, en los ochenta era un ramo que empezaba”, dice su prima.

Con equipo prestado inicialmente, formó una exitosa firma para equipar edificios inteligentes con jugosos contratos gubernamentales, lo que ha desatado acusaciones de corrupción.

Sin militancia partidista, en 2000 fue llamada por el presidente conservador Vicente Fox para coordinar la atención a los pueblos indígenas.

Habla con orgullo de su origen indígena: su padre era otomí y su madre mestiza. Su nombre significa “flor” en náhuatl.

Pero algunos aseguran que no tiene rasgos indígenas. “¿Tiene el ‘indiómetro’?”, inquirió la opositora a un caricaturista que la cuestionó.

Llegó al Senado en 2018 y se perfilaba como candidata para la alcaldía capitalina.

Sin embargo, decidió buscar “la grande” hace un año cuando exigió a López Obrador derecho de réplica para responder a sus ataques, y le cerraron las puertas del palacio.

“Se requieren ovarios para combatir el crimen y tengo los suficientes”, indicó al criticar la política de seguridad del mandatario.

“A los machos como usted los asusta una mujer independiente e inteligente”, le dijo en otro mensaje.

Gálvez es respaldada por una coalición de los partidos tradicionales PAN, PRI (que gobernó durante siete décadas hasta 2000) y PRD.

Reservada sobre su vida familiar, es público que una hermana está encarcelada desde 2012 acusada de secuestro, aunque no ha sido enjuiciada. “Se negó (a ayudarla), dijo que si era culpable que pagara”, refiere su prima.

En la universidad conoció a Rubén Sánchez, con quien tuvo a sus hijos Diana y Juan Pablo, ahora veinteañeros.

Jorge Álvarez Máynez

El candidato de la formación naranja nació en 1985 en la ciudad de Zacatecas, en el estado homónimo del centro-norte de México, por lo que, con 38 años, es el aspirante más joven en la contienda electoral frente a la oficialista Claudia Sheinbaum y la opositora Xóchitl Gálvez, ambas de 61 años.

Su edad es un punto a favor entre sus seguidores, como destaca Cristian Carmona, estudiante de Cirugía Dentista, antes de un mitin del candidato en la Universidad Latinoamericana (ULA).

“Uno de los motivos por los que me gusta Álvarez Máynez es porque es una persona joven y, siéndolo, visualiza más hacia los jóvenes”, asegura.

Karen Zaragoza, quien estudia Odontología, insiste en que “trata de acercarse” a las nuevas generaciones, algo que contrasta, en su opinión, con la actitud que la “vieja política” les dedica.

“Tiene propuestas muy innovadoras y está más en pro de los jóvenes”, añade Victoria Santillana, a quien, a sus 15 años y aún sin derecho a voto, le hace “mucha ilusión” ver a un aspirante en su escuela.

Aunque no viste chaqueta de cuero ni su cara figura entre las pegatinas de las carpetas del alumnado, a Álvarez Máynez lo reciben en las escuelas como una estrella del rocanrol de los noventa.

Además de visitar 50 universidades, Álvarez Máynez focalizó su actividad en las redes sociales, ecosistema por naturaleza de las nuevas generaciones, donde viralizó una canción, ‘Presidente Máynez’, y expandió sus propuestas, como erradicar la cárcel para los consumidores de marihuana.

La red en la que más seguidores acapara es TikTok, con 2,6 millones, una cifra muy por encima de los 659.800 de Gálvez, aunque inferior a los 2,8 millones de Sheinbaum.

“Creo que es una publicidad asertiva desde los colores, como el ‘fosfo fosfo’ (naranja fosforescente). Llama la atención a muchos jóvenes porque es lo más llamativo”, desgrana el futuro cirujano dentista.

Ramírez salió de su clase para recibir al naranja en su particular gira universitaria porque le gusta que “crea mucho en la libertad”.

“Yo, la verdad, no quiero ir a la cárcel por fumar marihuana, así que viva la marihuana con Máynez”, celebra entre risas de sus amigas.

Licenciado en Relaciones Institucionales por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (Iteso) y con dos maestrías bajo el brazo, Álvarez Máynez ha combinado una vida política temprana con la actividad empresarial.

Sobre todo, en el ecosistema mediático, según señala el Sistema de Información Legislativa (SIL) del Gobierno mexicano, pues fue el director fundador del periódico La Jornada Aguascalientes y el director general del medio digital Tercera Vía.

Desde su primera afiliación política en 2003, Álvarez Máynez ha lucido los emblemas del Partido de la Revolución Democrática (PRD), que ahora apoya a Gálvez, el del ya extinto Nueva Alianza, y ahora el de MC, al que se unió en 2013.

En un principio fue regidor municipal en su Zacatecas natal, y después diputado estatal y federal.

Dos décadas después de su cargo inicial, da el primer asalto para ser el próximo inquilino del Palacio Nacional. (I)

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