¡Qué delicioso es visitar Curazao! Willemstad me dejó atónito


Willemstad, Curazao. Una fresca brisa me recibe apenas bajo del crucero y toco el muelle de Willemstad, la hermosa capital de Curazao. Mi plan es descubrir esta ciudad, y realmente quedo sorprendido por su belleza.

Empiezo a caminar y muy cerca está un elegante centro comercial llamado Renaissance Mall, con su apacible fuente y diversas tiendas. A pocos pasos llego al Fuerte Rif, una hermosa estructura desde la que se puede apreciar gran parte de la ciudad, separada por la bahía de Santa Ana. Además, también está repleta de comercios.

Al caminar un par de cuadras más allá, estoy en la sorprendente plaza Brión, con sus edificaciones de color pastel y una gran plazoleta donde es habitual la realización de diversas actividades, como conciertos y otros espectáculos.

Todos estos atractivos están en la zona más antigua del colorido barrio llamado Otrobanda, aunque también se le conoce como Otrabanda.

El majestuoso puente flotante de la Reina Emma invita a cruzarlo para estar en la otra barriada de la capital: Punda. Esta parte es la de más atractivos, aderezados con hermosas callejuelas y edificios históricos dignos de una postal.

El colorido de los edificios es una de las características de Willemstad, capital de Curazao.

Además, los árboles atenúan los intensos rayos del sol, aunque por la tarde es simplemente delicioso sentarse en alguna de las plazas con una bebida bien fría mientras se conversa con familiares o amigos.

El mercado flotante es de los primeros sitios que recorro, donde se ofrece una variedad de frutas, verduras y otros productos. Muy cerca está el coqueto mercado de Willemstad y un poco más adelante el Old Market, donde se puede encontrar una gran variedad de comidas.

Por cierto, desde el mercado parten unas microbuses que en media hora lo dejan en Mambo Beach, hermosa playa en la que podrá bañarse. El costo del pasaje es de $2 (₡1.100) aproximadamente.

De nuevo me interno por las coloridas calles de la capital hasta llegar a otra hermosa plaza donde está el rótulo de Curazao.

El arte callejero también es parte del paisaje urbano, con diversos dibujos en algunas paredes.

La hermosa plaza Brión en Curazao.

Lo mejor está por venir. Las noches son sorprendentes por la iluminación de esta ciudad, donde es habitual escuchar el español aunque sus idiomas son el inglés, papiamento y neerlandés.

Si visita a Curazao, incluya la palabra “dushi” en su vocabulario. No existe una traducción literal, aunque siempre se emplea para expresar algo positivo, como sabroso si se habla de comida, cariño al referirse al amor o muy bien si es un saludo.

No me quiero ir de Curazao, pero llegó el momento de partir. Esta joya del Caribe es un imán para el turismo, con un poder enorme de enamorar a los visitantes. Quizás, evite visitarla entre agosto y setiembre, pues el calor es excesivo.

En la retina queda el recuerdo imborrable de un lugar lleno de energía y colores, con rincones espectaculares que conquistan a cualquiera.

Disfruto de una deliciosa agua de pipa fría en el mercado flotante de Curazao.
Una caminata por Willemstad, Curazao, es muy agradable.
Una de las tantas plazas en Willemstad, capital de Curazao.
En cada esquina de Willemstad, capital de Curazao, hay atractivos.
Los atardeceres son de postal en Curazao.

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