Piraña acecha a la isla del Coco


Tal parece que al jaguar le salieron escamas de piraña, y que su voraz apetito se enfila hacia uno de los santuarios marinos más valiosos de Costa Rica y el mundo.

Así lo sugiere la reciente aprobación del Plan de Manejo del Parque Nacional Isla del Coco, que abre la puerta a la intensificación del turismo en esa rica zona protegida.

En un hecho tan insólito como controvertido, el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac) publicó en La Gaceta una resolución que establece una zona de alta intervención en ese territorio.

Según el plan, los objetivos de conservación y desarrollo “están dirigidos a contar con espacios en los que se pueda mantener una actividad turística sostenible de carácter permanente y más intensiva”.

El documento agrega que estas actividades se llevarán a cabo “sin dejar de tener controles y normas estrictas, pero consensuadas con los propietarios de las tierras o beneficiarios directos de estas actividades”.

Si nos apegamos a la literalidad, hay suficientes elementos para sospechar la intención de permitir desarrollos turísticos que hasta el momento han estado prohibidos en el parque.

Responsables del Sinac afirman que eso no es cierto. Alegan que la resolución publicada en La Gaceta es un resumen y que la forma como está redactada se presta para la confusión.

No obstante, el argumento se estrella contra la página 41 del Plan de Manejo del Parque Nacional Isla del Coco, donde aparece la misma redacción.

Por eso, cuesta mucho creer que se trate de un monumental error de redacción, máxime conociendo las controvertidas medidas tomadas por este gobierno en materia ambiental.

Recordemos, por ejemplo, cuando aumentó el aforo diario del Parque Nacional Manuel Antonio sin estudios técnicos y sus intentos por retomar la pesca de arrastre e impulsar la exploración petrolera.

Tampoco podemos olvidar la llamativa respuesta del presidente Rodrigo Chaves a la orden dada por la Sala Constitucional a certificar el patrimonio natural de la zona marítimo-terrestre de Talamanca.

“No vamos a destruir el tesoro de la costa de Limón, pero tampoco se lo vamos a dejar a la fauna”, afirmó Chaves. Sin duda, una piraña vestida de felino anda al acecho de nuestros recursos naturales.

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El autor es jefe de información de La Nación.

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