Las cifras de víctimas del desastre climático que golpea el pujante estado de Río Grande do Sul volvieron a aumentar el lunes, con casi 150 muertos, más de 100 desaparecidos y unos 800 heridos, así como 600.000 personas que debieron abandonar sus hogares, según Defensa Civil.
El presidente Luiz Ignacio Lula da Silva viajará de nuevo este miércoles tras reconocer que las autoridades “no estaban preparadas” para una catástrofe así.
Lula suspendió una visita oficial a Chile, inicialmente prevista para el 17 y 18 de mayo, ante la necesidad de “monitorear” la emergencia, según la presidencia. Y anunció que volverá el miércoles al estado por tercera vez en pocos días.
“Tengo ansiedad de que no baje el agua, que no quede limpia y que volvamos a empezar de cero. Lo perdimos todo, perdimos nuestro coche. Pero vamos con fuerza de voluntad. Sé que todos ayudarán a todos allí”.
A pesar de una disminución de las lluvias, las autoridades estatales urgieron a los evacuados a no regresar a las viviendas, en especial en la capital Porto alegre y sus alrededores, donde el río Guaíba puede alcanzar un nuevo récord.