Todos en el podio del GP de Alemania se sintieron ganadores este domingo cuando justo empiezan las vacaciones de verano en el Mundial de MotoGP. Pecco Bagnaia, con su cuarto triunfo consecutivo, celebró efusivamente con las gradas una victoria que le coloca como nuevo líder del campeonato después de la caída de su gran rival, Jorge Martín, a dos vueltas del final. La presión del defensor de la corona pudo una vez más con el español del Pramac, que perdió el tren delantero de su Ducati cuando lideraba con cierto margen la prueba, al igual que ya le ocurrió en Jerez. El revés del madrileño permitió redondear a Marc Márquez una escarpada remontada hasta la segunda posición después de partir en decimotercera plaza, con su hermano Álex completando el podio.
Desde 1997 en Imola, cuando lo hicieron los Aoki, el certamen no asistía a un cajón entre hermanos, un hito que celebraron como si fuera una victoria los dos Márquez. “Te prometo que cambio la victoria por esta en el podio junto a mi hermano, es fantástico”, decía el 93 en el parque cerrado. “¡Vamos!”, le gritaba el pequeño de la familia mientras en el modesto equipo Gresini descorchaban ya el prosecco. Para Álex, su tercera plaza era la mejor forma de celebrar su renovación por otras dos temporadas con la escuadra y su mejor resultado del curso, que no había empezado de la mejor manera.
Aunque Bagnaia volvió a hacer alarde de su fenomenal gestión de la estrategia, evitando forzar las gomas y poniendo la presión justa y necesaria sobre su rival más fuerte por el título, los grandes protagonistas de la jornada fueron los pilotos españoles. Martín por su caída injustificable después de comandar la prueba y los Márquez por poner el espectáculo a lo largo de las 30 vueltas al pequeño y revirado circuito de Sachsenring. Álex, que partía quinto, no se achicó ante ninguno de los rivales, mientras Marc se creció cuando otro golpe de mala suerte parecía truncar su excelente remontada.
A ocho vueltas del final, un renacido Franco Morbidelli se iba largo en la primera curva y el 93 aprovechaba para meterle la moto para colocarse cuarto. El italiano, sin embargo, cerró su trayectoria sin mirar hacia el costado y se comió al catalán de lleno, haciéndole saltar por los aires. Sin saber muy bien cómo, Marc salvó la caída y se mantuvo al acecho a pesar de perder la cúpula de la moto y algún otro elemento aerodinámico. Tan significativo fue el impacto que hasta se le abrió el airbag, una situación menos que ideal llegando a la cita con fuertes dolores en la zona costal después de su tremendo golpe en los entrenamientos del viernes.
“Hemos tenido muchos problemas, pero nunca nos rendimos, ese contacto con Morbidelli me ha hecho entrar en modo ataque”, comentaba Márquez, infiltrado antes de la prueba y aparentemente indiferente al daño en pleno subidón de adrenalina. Aunque perdió su condición de imbatible en el trazado, la sensación que le quedó tras su magnífico resultado fue el de una victoria rotunda.
Bagnaia, ganador por primera vez en el feudo del ocho veces campeón del mundo, logró con su triunfo erigirse como el piloto con más victorias de la historia con Ducati. Con 24, supera al legendario Casey Stoner y termina de cimentar su condición única dentro de la mitología de la casa de Borgo Panigale. Y todo ello enlazando un anillo con otro, ya que este verano aprovechará las vacaciones para casarse con su pareja, la empresaria de la moda Domizia Castagnini.
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