María Isabel salió de un pueblito en Los Chiles para convertirse en una ‘estrella’ que sueña con robótica


“A mi pueblito, Pavón de Los Chiles, con costos llega la Dos Pinos, ¿qué iba a estar llegando todo esto que conozco ahora?”, expresó María Isabel Mora Retana, de 15 años y estudiante de noveno año.

Ella tenía una vida muy diferente antes de 2019. Fue en ese año cuando su mamá y su tía decidieron dejar Pavón e ir en busca de oportunidades para la adolescente y su hermana menor. Y las encontraron, aunque el proceso no fue fácil.

Aún no olvida lo complicado que fue pasar de una escuela donde solamente había dos alumnos por grado, allá en Los Chiles, a un colegio con cientos de estudiantes. Ahora estudia en el Liceo Elías Leiva Quirós, en El Tejar de El Guarco, Cartago.

“La universidad quedaba muy lejos. Por dicha nos vinimos, y mi mamá y mi tía consiguieron trabajo en medio de la pandemia, gracias a Dios. Así salimos adelante”, reflexionó la muchacha, quien participó en esta publicación con la autorización de sus encargados.

María Isabel parece una adolescente tímida, pero con el paso de los minutos muestra elocuencia para hablar de aquello que la tiene tan feliz y emocionada.

El año pasado supo de un programa llamado Estrellaz (sí, con z); inicialmente, les comentaron a ella y a sus compañeras que era un proyecto para vincular a las niñas con las carreras STEM (siglas en inglés de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) y cerrar brechas en esas áreas.

“Me apunté con una amiga. Éramos un montón de chicas. Como parte de las actividades, a mi grupo le tocó ir a Texas Tech University (en Escazú) y quedé impresionada con la cantidad de aulas de robótica. Me encanta todo lo relacionado con la programación. Tuvimos charlas para conocer y adentrarnos en estas carreras, donde hay más hombres que mujeres”, contó.

Estrellaz

Fue entonces cuando descubrió que el mundo de la robótica y la programación va más allá de un pasatiempo, y ahora sabe que, si se lo propone, podría dedicarse a ello. En los campamentos de Estrellaz ha podido armar robots, desarmar computadoras y tener acceso a la realidad virtual, oportunidades que, afirmó, eran inimaginables en “su pueblito”.

Estrellaz es un programa de la empresa farmacéutica AstraZeneca, en colaboración con la Fundación Paniamor y la Dirección Regional del Ministerio de Educación Pública (MEP) de Cartago. Fue en esa provincia donde se inició el proyecto, que procura posibilidades de acceso a carreras de ciencia y tecnología para las adolescentes.

María Isabel ahora es más que una estrella, es una de las más brillantes: una supernova. El programa comenzó con 250 participantes y, en esta segunda fase, eligieron a las 50 jóvenes más sobresalientes, quienes recibirán acompañamiento durante los próximos tres años.

La estudiante logró pasar a esta fase luego de escribir la carta en la que habló de sus sueños. Cuenta que el documento estaba lleno de esos colores que tanto le gustan.

“Fui lo más sincera que pude en mi vida”, contó la adolescente, quien hoy inspira a su hermanita de nueve años y le cuenta que todo es posible con esfuerzo.

Estrellaz

Nayeli Jiménez Quesada, de 16 años y estudiante del Liceo Vicente Lachner, es otra supernova. Hoy vive una gran experiencia gracias a su liderazgo.

Desde que era una niña, ase interesó en la astrofísica; siempre le atrajeron las estrellas y el universo. Su sueño parecía muy grande para muchas personas, quienes le decían que estudiar algo así era difícil para las mujeres.

Con tantas voces negativas alrededor, pensó que sería mejor formarse en psicología. Su mamá, quien la autorizó a ser parte de este artículo, siempre estuvo apoyándola, pues como ingeniera sabe lo que es cerrar brechas.

Nayeli recuperó su sueño gracias a Estrellaz; la oportunidad llegó justo después de que ella iniciara una campaña contra el acoso sexual. Su intención fue generar los apoyos que ella no recibió cuando pasó por una experiencia difícil cuando cursaba octavo año.

Estrellaz

Al ver su liderazgo, el director de su colegio y los orientadores le sugirieron unirse a Estrellaz.

“Esto me devolvió un sueño. Sentí que algo positivo como la campaña me llevó a algo aún más positivo. Dije: ‘Me están dando una oportunidad única y no la voy a desaprovechar’”, contó Nayeli, quien en la inauguración de Estrellaz conoció a la ingeniera física Sandra Cauffman y se inspiró aún más.

Hoy, Nayeli tiene claro que quiere ser ingeniera física y que, si se lo propone, puede llegar a la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) o a la compañía de fabricación aeroespacial SpaceX.

“Veo más abiertas las puertas de mi futuro. Siento mucho apoyo”, dijo.

Estrellaz

La motivación también alcanzó a Jara Hernández Piedra, de 16 años y también estudiante del Vicente Lachner. La joven, que creció entre dibujos y música, tiene claro que desea estudiar Genética o Zoología, carreras con las que quiere aprender más sobre los animales.

Jara es otra de las supernovas que ha recibido capacitaciones y ha tenido experiencias en campamentos.

“Ahora siento que es más posible lograr mi sueño de estudiar en otro país. Hago todo lo posible por sacar buenas notas e intento aprender todo lo que pueda. Esto es algo para lo que me he preparado desde niña”, aseguró.

El pasado 29 de mayo, Microsoft colaboró con la iniciativa Estrellaz mediante un taller en el que las 50 supernovas que forman parte de la nueva fase del programa aprendieron sobre tecnología y se inspiraron con mujeres líderes en estas áreas.

Ineke Geesink, directora de Pequeñas y Medianas Empresas de Microsoft para Centroamérica y el Caribe, así como gerente país de Microsoft Costa Rica, estuvo presente y expresó que se sentía esperanzada e inspirada al ver la cantidad de niñas comprometidas en seguir aprendiendo, creciendo, y así forjar su futuro.

“Para nosotros es emocionante poder impulsar la educación y capacitar, a fin de ayudar a ampliar las oportunidades para que los jóvenes de secundaria se abran camino en la tecnología. (…) Para estas niñas, tener acceso a mujeres líderes que sirvan como modelos a seguir es un sueño hecho realidad; quizás muchas mujeres de nuestra generación no tuvieron acceso a estas figuras”, comentó Geesink.

En la actividad también participó Milena Grillo, directora de Estrategia e Innovación de Paniamor, quien destacó que este proyecto estimula a las adolescentes a soñar y pensar que pueden desarrollar sus competencias y capacidades. Además, señaló que Estrellaz las hace sentir acompañadas, las ayuda a mantenerse en el sistema educativo y a establecer relaciones positivas.

“En estos momentos en los que hay tanta violencia contra las mujeres, para nosotros es fundamental que las chicas puedan ser ese sujeto de cambio que permita redirigir sus trayectorias hacia algo lleno de luz y oportunidad, beneficiándolas tanto a ellas como a las niñas a su alrededor”, enfatizó.

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