Maestra lucha por construir aula en Crucitas para tener kínder


En los cinco años que María del Carmen Salvatierra Durán lleva dando clases de primero a sexto grado en la escuela unidocente de Crucitas, en el distrito de Cutris, San Carlos, ninguno de sus alumnos ha asistido al kínder. ¿La razón? No hay un aula para impartir clases de preescolar.

Los niños y niñas que llegan a su salón aprenden desde cero a pintar, recortar y todas esas habilidades que se supone deberían traer de preescolar. Por ello, la docente está buscando ayuda y donaciones para construir una pequeña aula en un espacio de la escuela, donde al menos cinco chiquitos, de entre 4 y 6 años, recibirían clases.

En la Escuela Las Crucitas solo existe una pequeña aula de menos de 50 metros cuadrados (allí reciben clases nueve escolares), además del comedor y la llamada casa del maestro.

Además, se encuentra en un lugar muy apartado. La escuela más cercana, la de Llano Verde, donde sí hay preescolar, está a 11 kilómetros.

Es prácticamente imposible que los niños de Crucitas asistan a estudiar a esa comunidad, pues no disponen de medios de transporte, explicó la maestra. La docente solo tuvo conocimiento de un niño que iba al kínder en otra localidad porque lo llevaban a caballo desde la finca donde trabajaba la familia.

“Para este año había cinco niños para preescolar y maternal, y no podemos recibirlos porque no puede haber dos docentes en un aula donde se imparten clases de primero a sexto grado de 7 a. m. a 1:15 p. m. Como mencioné antes, todos los alumnos que he tenido no saben lo que es maternal ni preescolar. Es difícil recibirlos así”, señaló la educadora.

Si logran la construcción del aula, llegaría una maestra de preescolar proveniente de Llano Verde para impartir las clases.

Esta es la escuela unidocente Las Crucitas, en el espacio al lado del comedor (a la izquierda de la foto) construirían el aula para los niños y niñas de preescolar. Al centro se aprecia el saló de clases al que acuden estudiantes desde primero hasta sexto grado. Foto: María del Carmen Salvatierra para LN

Salvatierra explicó que tomó la iniciativa de la edificación y no solicitó ayuda al Ministerio de Educación Pública (MEP) porque el terreno en el que se encuentra la escuelita está a nombre del Instituto de Desarrollo Rural (Inder), por lo que el MEP no podría intervenir por ahora.

“Solicité ayuda en la Municipalidad de San Carlos, pero lo primero que piden es la escritura y este documento lo tiene el Inder, hay que ponerlo a nombre de la Dirección de Infraestructura Educativa (DIE). Con el MEP, aparte del tema de las escrituras, se dice que no hay presupuesto para infraestructura”, comentó.

La docente mencionó que otros colegas del circuito de Coopevega, donde la mayoría de las escuelas son unidocentes, resuelven las necesidades que se presentan realizando actividades y solicitando donaciones.

La idea de la campaña se la comunicó a los padres y madres, quienes estuvieron de acuerdo. Además, la comunicadora sancarleña Marcela Delgado la ha ayudado a difundir el mensaje.

¿Quiere ayudar? La maestra María del Carmen Salvatierra contó que se habilitó la cuenta SINPE 6186-88161 a nombre de Marcela Delgado, para que las personas que deseen apoyar con la construcción del aula realicen su donación.

La maestra María del Carmen Salvatierra siempre está solicitando ayuda para sus estudiantes, que va desde apoyo para organizarles actividades, hasta para construir un aula. Ella es de esos educadores que dejan su vida habitual para ir a enseñar a lugares lejanos.

En sus cinco años de experiencia en Crucitas, ha experimentado diferentes sentimientos y situaciones, como vivir en el mismo terreno donde se encuentra el aula en la que da clases y no tener acceso a agua potable.

“Este tiempo ha sido bonito y caótico porque uno está acostumbrado a tener todas las cosas a disposición y en Crucitas no es así. Hasta hace un año que Acueductos y Alcantarillados llega a dejar agua en cisterna. Antes teníamos agua de la que viene de la montaña y era un calvario, porque a veces los mineros cortaban el tubo. También hicimos un pozo”, detalló Salvatierra, quien procura que los niños y niñas de la zona tengan lo necesario para estudiar.

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