Licencia para mujeres con ‘reglas’ dolorosas y abundantes: tema que Costa Rica comienza a discutir


Desde sus primeras menstruaciones, Jessica Calvo Flores sabía que su “regla” no era normal; los malestares iban mucho más allá del conocido “dolor de ovarios”. Ahora sabe que sufre endometriosis, una enfermedad que provoca el crecimiento de un tejido similar a la mucosa interior del órgano en la parte exterior del útero, lo que causa inflamación y aparición de tejido cicatricial en la pelvis, y con ello, dolores intensos antes, durante y después de la regla.

“Cuando tuve a mi hijo supe que los dolores menstruales que tenía eran comparables con un dolor de parto. En el ámbito laboral es horrible; nosotras sufrimos acoso laboral y discriminación. Los dolores nuestros en serio son incapacitantes, a veces no podemos ni levantarnos de la cama, y así tenemos que ir a trabajar. Algunos empleadores nos consideran débiles”, expresó Calvo.

No hay datos de cuántas personas en Costa Rica tienen endometriosis. Calvo, como presidenta de la Asociación Costarricense de Ayuda a Pacientes con Endometriosis (Aendocr), promueve realizar una encuesta nacional para conocer los alcances de este padecimiento en Costa Rica. Sin embargo, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) indica que entre 2021 y 2022 fueron incapacitadas 5.303 personas por tres diferentes tipos de dismenorrea (nombre técnico para las dolencias menstruales).

Entretanto, en el Congreso, ingresó a la corriente legislativa un proyecto de ley para apoyar a estas mujeres y a quienes tienen dolencias tan fuertes que les impiden trabajar o estudiar. Se trata del expediente 23.706, Ley de Licencia Menstrual para las Mujeres y Personas Menstruantes Trabajadores y Día de Descanso para las Estudiantes con Dolores Menstruales. La iniciativa fue presentada por la diputada Priscilla Vindas Salazar, del Frente Amplio.

La pretensión es que las mujeres como Calvo y quienes tienen diagnóstico médico de dolores incapacitantes relacionados con la menstruación puedan tener un día de permiso con goce de salario al mes (prorrogable a tres inclusive si el diagnóstico comprueba molestias agudas muy fuertes durante más tiempo).

Esto también será válido para las estudiantes, las cuales también podrían ausentarse en ese plazo de sus estudios.

Calvo y Vindas presentaron sus ideas en un evento llamado Poder Menstrual, en el cual se compartieron aspectos del ciclo menstrual y cómo puede gestionarse de una forma más saludable.

La congresista indicó que este proyecto de ley se inició con una conversación con su equipo de trabajo, en el cual la mayoría son mujeres. Ese día hablaron de que, en casos de que tuvieran dolores muy fuertes, en el país no hay normativa que permita tener un tiempo para cuidarse o al menos teletrabajar si su puesto lo posibilita Muchas de ellas dependen de ir constantemente a los centros de salud por incapacidades o de la buena voluntad de los empleadores.

“No todas menstruamos igual, no todas lo vivimos igual. Pero ciertamente hay mujeres que tienen dolores que no les permiten realizar las actividades más básicas y el sistema de salud te da un acetaminofén. Esto baja el rendimiento del trabajo y del estudio”, expresó.

Sin embargo, esto no quiere decir que sea para toda mujer. Sería para las que ya tienen un dictamen médico que establece que tienen una condición de fuertes malestares antes, durante o después del periodo.

El proyecto de ley fue acogido por la Comisión de la Mujer, pero no fue convocado para su estudio. La esperanza es que cuando se retomenten las sesiones ordinarias, en agosto, se comience a discutir.

Estas son algunas experiencias de diferentes permisos menstruales en otros países:

España. En febrero de 2023 se firmó la ley de baja menstrual en mujeres con menstruaciones dolorosas. Esta normativa, sin embargo, no especifica cuánto tiempo durará esta licencia por los padecimientos.

México. También en febrero de 2023 se aprobó una ley que otorga dos días al mes con goce de sueldo, a las trabajadoras con dismenorrea en grado incapacitante. No se ha implementado de manera igualitaria en todos los estados.

Japón. El país de mayor tradición. La dispensa menstrual figura en la legislación desde 1947 y las empresas no pueden obligar a una colaboradora a trabajar si pide estar “de baja por menstruación”. No hay límite en el número de días que pueden tomarse para este tipo de “licencias”, pero no son pagadas, salvo que la empresa así lo decida.

Corea del Sur. Se permite a las trabajadoras tomar un día libre menstrual al mes, que no se paga. Las empresas que incumplen están sujetas a una multa de 5 millones de wones ($4.000).

Indonesia. Una ley aprobada en 2003 prevé uno o dos días de “vacaciones pagadas” al comienzo del ciclo menstrual, en caso de periodos dolorosos. La ley solo obliga a las empleadas a notificar a sus empleadores la fecha en que se los toman.

La aplicación de la normativa, sin embargo, depende de las empresas y sus asalariadas. En la práctica, muchas firmas solo permiten un día de descanso menstrual o ninguno, si deciden ignorar la ley.

Taiwán. Hay licencia menstrual para las empleadas de un día por mes, y con un total de tres días por año. Las trabajadoras pueden disfrutar de más días de licencia menstrual, pero se contabilizan como días de baja por enfermedad. Los días tomados por ese concepto son pagados, al igual que las bajas por enfermedad y las medias jornadas trabajadas.

Zambia. Aprobó en 2015 una ley que otorga a las mujeres el derecho a una licencia menstrual que les permite tomarse un día adicional de vacaciones al mes, sin previo aviso ni certificado médico en caso de periodos dolorosos.

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