Las izquierdas sellan el acuerdo para las elecciones legislativas en Francia y complican la estrategia de Macron | Internacional



Las izquierdas francesas, desde los populistas euroescépticos de Jean-Luc Mélenchon hasta los socialdemócratas europeístas de Raphaël Glucksmann, se presentarán a las elecciones legislativas anticipadas con un programa común que incluye un compromiso con Ucrania y la rebaja de la edad de jubilación, una de las reformas más controvertidas e impopulares del Gobierno macronista. El acuerdo, presentado este viernes en una comparecencia conjunta de los responsables de las fuerzas aliadas en París, es una mala noticia para Emmanuel Macron y sus candidatos, que afrontan una complicadísima campaña después de que el presidente, por sorpresa, disolviese la Asamblea Nacional y adelantase las elecciones.

Macron confiaba en que las divisiones en la izquierda y la irritación de muchos progresistas con la radicalidad y el personalismo de Mélenchon les llevasen a unirse a su candidatura para las legislativas del 30 de junio y el 7 de julio. No lo ha logrado.

“Este nuevo frente popular no es solo una agrupación de fuerzas políticas, es una agrupación nueva, inédita, que va más allá y que une a organizaciones políticas, pero también a asociaciones y colectivos, con el apoyo de personalidades sindicales, asociativas y del mundo de las artes y la cultura”, ha declarado el coordinador nacional de Francia Insumisa, Manuel Bompard, durante la comparecencia conjunta de los principales responsables del acuerdo de izquierdas, donde no estaba presente, sin embargo, Glucksmann. “Decían que éramos irreconciliables, pero cuando lo esencial está en juego, estamos demostrando que estamos siempre ahí”, ha acotado el secretario general del Partido Socialista, Olivier Faure. En las elecciones legislativas del 30 de junio y el 7 de julio, “o gana la extrema derecha o ganamos nosotros”, ha afirmado la líder de los ecologistas, Marine Tondelier.

El acuerdo del llamado “nuevo frente popular”, alusión al antifascismo de los años treinta, está compuesto de 150 medidas que suponen, afirman sus signatarios, una “ruptura total con la política de Macron para responder a las necesidades inmediatas de la población y del medio ambiente”, empezando por la revocación de las reformas económicas principales del actual Gobierno, desde la reforma de las pensiones a la del seguro de desempleo y, también, un aumento del salario mínimo, entre otros. Incluye además reivindicaciones que eran irrenunciables para Glucksmann y los socialistas. Entre ellas, el “apoyo incondicional” a Ucrania y a la construcción europea. También el compromiso de “luchar verdaderamente contra el antisemitismo”, punto importante para la izquierda moderada después de algunas declaraciones de Mélenchon criticadas por ser ambiguas. En el mismo sentido, sobre otra cuestión sensible que ha provocado fuertes divergencias, el conflicto en Oriente Próximo, el acuerdo incluye, por presión de las fuerzas más moderadas, el deseo de “actuar para la liberación de los rehenes detenidos” por Hamás y se califica además de forma clara como “masacre terrorista de Hamás” el ataque del 7 de octubre que provocó el origen del conflicto en Gaza.

Al mismo tiempo, coloca a La Francia Insumisa (LFI) de Mélenchon un lugar claramente dominante en el “nuevo frente popular”, pues será de largo el partido con más candidatos en el reparto de escaños.

El programa ha sido presentado en detalle este viernes, pero algunos políticos de los partidos que lo firman (LFI, socialistas, ecologistas y comunistas, así como Plaza Pública, la formación de Glucksmann) habían adelantado algunos detalles, como la derogación de la polémica reforma de las pensiones de Macron y la rebaja de la edad de jubilación de los 64 a los 60 años. Otra medida confirmada es el aumento de los salarios al ritmo la inflación y el bloqueo de los precios para los productos de primera necesidad.

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El ministro de Economía y Finanzas, el macronista Bruno Le Maire, calificó el programa de la izquierda de “delirio total”, y aseguró que es “la garantía del desempleo de masas y la salida de la Unión Europea.

En una entrevista con la cadena de radio France Info, el eurodiputado Glucksmann, cuya lista en las europeas superó a la de los mélenchonistas y quedó muy poco por detrás de la macronista, justificó su apoyo al acuerdo por la necesidad de evitar una mayoría de extrema derecha. “Es nuestra responsabilidad histórica”, dijo en la cadena France Inter. “Lo único que importa”, agregó, es “que el RN no gane las elecciones legislativas y gobierne el país”. Se trata, subrayó, de una “lucha a muerte contra la extrema derecha”. También el expresidente François Hollande ha aprobado el acuerdo, lo que, para votantes de centroizquierda puede ser una garantía de moderación.

No hay acuerdo, por ahora, sobre quién sería el primer ministro. Glucksmann ha descartado a Mélenchon y ha propuesto a Laurent Berger, exsecretario general del sindicato moderado CFDT y figura de la socialdemocracia francesa.

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