La tarde en que David Raya fue Iker Casillas | Fútbol | Deportes

Sin acabar agosto en los campos ingleses ya se empieza a escribir la historia de una temporada que se inicia sin tregua y quien más quien menos sigue a lo suyo. Haaland marca de tres en tres para el campeón, el Manchester United no deja de estrellarse y el Arsenal pica piedra para celebrar vibrantes victorias. Hubo bastante de epopeya en el triunfo (0-2) de los gunners en Villa Park, una anhelada revancha por lo que supone imponerse al mismo equipo que les frustró el pasado ejercicio en los dos duelos directos. Aquellas derrotas alejaron al Arsenal de la cabeza de la tabla, así que había una cuenta pendiente que saldar. Arteta contra Emery y este contra el equipo que le llevó a la Premier y en el que no acabó de instalarse. La resolución con goles de Trossard y Thomas decantó un partido de esfuerzos y tensiones, de tiranteces incluso en el bando ganador porque el extremo belga no quiso celebrar el tanto que encaminó la liza para su equipo. Arteta le había dejado en el banquillo y pareció que la decisión no le gustó ni un pelo.

El Arsenal venció además cuando peor lo pasaba. Controló de inicio la situación, con balón y sin excesivos apuros en la zaga, más allá de un nudo que se armó el central Gabriel ante la presión rival y que deparó una oportunidad de gol que el internacional inglés Watkins marró de manera increíble. El hombre, que tenía el punto de mira desajustado, no acabó el partido, reemplazado por Emery tras una sucesión de desdichas. Fue, sin duda, un partido de porteros. El Dibu Martínez se mostró con una excelente parada en los albores del choque, una mano dura que sacó a córner un remata raso de Saka.

Pero sobre todo quien dejó su sello fue David Raya, que firmó una intervención prodigiosa para negarle el gol a Watkins con el empate a cero en el marcador. El meta español acudió a un remate desviado por un defensor que se envenenó el larguero y se quedó en el suelo sobre la línea de gol. Casi encima de él estaba Watkins, que acudió para remachar a la red, pero se topó con un felino. Raya pareció el mejor Casillas, todo reflejos para tapiar la portería. Fue un golpe para el Villa, un acicate para el Arsenal, en el que Arteta intervino para darle minutos al descontento Trossard, que se reivindicó nada más saltar al campo, ya camino del minuto 66.

El tanto dañó al Villa, que había jugado su mejor fútbol desde que regresó del descanso y se agotó entre la falta de puntería y unas intenciones atacantes que le destaparon. Diez minutos después que Trossard fue Thomas, que parece volver a su mejor versión, el que decantó el partido con un disparo que colocó con el interior desde la frontal. Quizás el Dibu pudo responder mejor. Quedará pendiente esa contestación para la segunda vuelta, para un nuevo duelo de un cruce que ya asoma a tintes de clásico.

Más mundano fue el triunfo (4-1) del Manchester City ante el Ipswich en el que hubo minutos (en torno a veinte) para el retornado Gündogan y Haaland se sitúa cada vez más cerca de emparejar su cifra de goles (94) con la de partidos (101) con el equipo que un día defendió su padre. El noruego estuvo en el meollo de una réplica voraz del campeón ante un gol tempranero del Ipswich. Fue sacar de centro y anotar tres goles en cuatro minutos, con Savinho también como protagonista, primero al forzar un penalti y después al robarle un balón al meta visitantes y darle una asistencia a De Bruyne para edificar la remontada. No arranca por el contrario su vecino el Manchester United, derrotado en Brighton en la última jugada del partido (2-1) tras una defensa catastrófica que dejó a dos rematadores solos en el segundo palo. No lo va a tener fácil Ten Hag, que comenzó el partido con Bruno Fernandes como nueve.

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