La Real Sociedad castiga el paso atrás del Atlético | Fútbol | Deportes


La insistencia de la Real Sociedad tuvo su premio ante un rácano Atlético de Madrid, que pretendió resguardar durante casi 90 minutos los tres puntos que le aseguraban el gol de Julián Alvarez cuando no se había cumplido el primero de juego, pero la cicatería colchonera tuvo castigo cuando Sucic batió a Oblak y rescató al menos un punto, que sabe mejor después de tanta brega.

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Álex Remiro, Igor Zubeldia, Nayef Aguerd, Jon Aramburu, Javi López (Brais Méndez, min. 45), Luka Sucic, Takefusa Kubo, Martín Zubimendi, Sheraldo Becker (Ander Barrenetxea, min. 60), Sergio Gómez y Mikel Oyarzabal

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Jan Oblak, Axel Witsel, José Giménez, Clément Lenglet, Javi Galán (Reinildo, min. 82), Nahuel Molina, Antoine Griezmann (Rodrigo Riquelme, min. 82), Koke, Pablo Barrios, Conor Gallagher (Rodrigo De Paul, min. 63) y Julián Alvarez (Alexander Sørloth, min. 73)

Goles
0-1 min. 0: Julián Álvarez. 1-1 min. 83: Luka Sucic

Arbitro Isidro Díaz de Mera Escuderos

Tarjetas amarillas
Clement Lenglet (min. 54), Javi Galán (min. 79), Simeone (min. 87)

Llegaban donostiarras y madrileños con depresión post europea después de sendas derrotas en Liga Europa y Champions respectivamente, e intentando disimular lo más posible, pero como un empate no restañaría demasiadas heridas, la victoria de uno de los dos equipos sembraría más dudas en el otro. Sin embargo, después de los 90 minutos, y pese al reparto de puntos, la Real salió más fortalecida, mientras el Atlético ofrecía una imagen poco acorde con lo que se espera de él.

Al Atlético se le presentó enseguida un escenario ideal, antes de llegar al primer minuto de partido, en la primera jugada que arrancó desde atrás, y fueron dos ex de la Real Sociedad los que abrieron la espita. Salió Javi Galán por su banda, envió en largo al área para que Griezmann controlara y tocara de tacón hacia Julián Alvarez, que le acompañaba en la jugada, y que buscó la mejor postura para rematar y batir a Remiro con un disparo cruzado.

Plantado atrás con una defensa de cinco, el equipo de Simeone se limitó a tapar las bandas con Nahuel y Galán, para que Becker y Kubo, respectivamente, no pudieran recibir en condiciones. La Real, que intentaba comenzar las jugadas con velocidad, se atascaba, sin embargo, al acercarse al área. Allí la circulación se ralentizaba, se hacía previsible, y terminaba gripándose. Casi no tenían que intervenir los centrales, porque Gallagher y Koke se encargaban de barrer unos metros por delante.

La Real ofreció su mayor peligro en el balón parado. Un córner bien sacado por Sergio Gómez desde la izquierda sembró el pánico en la defensa colchonera. El primer remate de Zubimendi lo sacó Oblak abriéndose camino entre compañeros que poblaban la línea de gol; el segundo, de Aguerd, también lo neutralizó el portero esloveno, que alejó el peligro del área pequeña. Luego, hacia la media hora, un par de despistes defensivos permitieron la entrada realista por las bandas, pero los donostiarras debían encomendarse a las acciones individuales, como la de Kubo, casi al final de la primera mitad, al que Oblak le adivinó el lanzamiento.

El Atlético, mientras, parecía cómodo con el rol que había adoptado después de marcar, aunque carecía de conexión entre la zaga y su isla en campo contrario, Julián Alvarez, que corría de un lado a otro buscando su oportunidad, pero sin encontrarla, porque su equipo perdía la pelota demasiado pronto, y cuando la tenía, miraba más en horizontal que en vertical. Cumplida su ambición de ponerse por delante en el marcador, arriesgar para ampliar su ventaja no entraba en su esquema mental. Siempre podría llegar otra ocasión de pescar sin tener que mojarse los pies.

Imanol buscó más imaginación en la segunda parte, con la entrada de Brais Méndez para enriquecer su juego interior, y se encomendó a Zubimendi, el segundo mejor mediocentro del mundo según Luis De la Fuente, para atemperar cualquier impulso ofensivo del Atlético, con su equipo más volcado en campo contrario. De hecho, la actitud de unos y de otros se agudizó. El acoso de la Real se hizo más intenso, mientras cavaban trincheras los colchoneros, fiados en su capacidad defensiva. El partido se convirtió en un monólogo, aunque los esfuerzos de Oyarzabal y los suyos se estrellaban en la zaga rojiblanca cuando volaban balones contra los centrales y los disparos desde lejos se perdían siempre muy desviados.

Pero la insistencia tuvo su premio cuando ya se desesperaba la grada de Anoeta, pese a no decaer en sus ánimos. Un balón perdido por De Paul en el lateral lo recogió Oyarzabal, quien asistió a Sucic, que lo golpeó en parábola para superar a Oblak y colarlo por la escuadra opuesta. Después de jugar a defender, el Atlético había perdido la costumbre de atacar, y aunque intentó estirarse, no consiguió que la Real Sociedad, con el subidón del gol, abandonara la iniciativa, sin suerte esta vez.

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