La Central Hidroeléctrica Coca Codo Sinclair tiene amenazas como el clima, la calidad de la obra, ubicación y los políticos inescrupulosos.
Generación hidroeléctrica vuelve al 91 % y ya hay normalidad en Coca Codo
En primer lugar, el clima. En estiaje baja el caudal del río Coca y disminuye la producción de energía eléctrica; en invierno el caudal del río crece y trae varias consecuencias. Entre los problemas por el ambiente están la erosión regresiva que, según técnicos, en dos años llegará a destruir la captación, eliminando la producción del proyecto; también, los sedimentos gruesos acumulados a la salida del túnel de descarga hacen que el agua regrese a la casa de máquinas e inunde, lo que paraliza la producción de energía eléctrica por el cierre de compuertas; además, los sedimentos en suspensión producidos por mal funcionamiento de los desarenadores dañan los álabes de las turbinas.
Coca Codo Sinclair entre dos frentes
El segundo punto es la calidad. Existen más de mil fisuras en los distribuidores, su reparación es muy difícil y ya se ha intentado sin resultado positivo, acorde a los técnicos nacionales el procedimiento no es el adecuado, el acero ha perdido sus características y solo el cambio de tuberías es la solución, mientras tanto hay que bajar la presión y la producción de energía.
Yo no fui, fue Teté…
En tercer lugar, la ubicación. El estiaje en la región amazónica se produce entre octubre y marzo, en cambio, en la vertiente del Pacífico está en pleno invierno (inundaciones). Para evitar los apagones, lo sensato es distribuir la producción de energía hidroeléctrica en las dos regiones; es decir, baja la producción en la una y suple la otra.
No sea irresponsable
Y mientras tenemos este problema, existen políticos atrevidos que tratan de defender lo indefendible. (O)
Marco A. Zurita Ríos, Quito