La carrera en TikTok por inventar la próxima jerga | EL PAÍS Semanal



Trollear, fandom, shippear, spoilear… La cultura internauta lleva años creando neologismos que los jóvenes adoptan en su vocabulario cotidiano. Si bien este fenómeno no es nuevo, solía ser un proceso más orgánico en el que las nuevas palabras y términos surgían de forma espontánea, a partir de la jerga callejera o inspirados en canciones, películas y otras manifestaciones de la cultura popular. Sin embargo, en la era de TikTok, los creadores de contenido se rompen la cabeza por ser los primeros en introducir nuevos conceptos como una fórmu­la para hacerse virales, ideando términos cada vez más absurdos hasta que alguno logra resonar y desen­cadenar una avalancha de likes.

La periodista del medio estadounidense Vox Rebecca Jennings señaló este fenómeno en un reciente artículo en el que plantea que tendencias como el concepto de “renuncia silenciosa” (del inglés quiet quitting) o el de “estética de esposa tradicional” (tradwife) son formas de “explotar la viralidad de cualquier palabra que se lleve online”. Para Jennings, TikTok ha acelerado tanto el ciclo de estas corrientes que los usuarios no pueden esperar a que surja una nueva moda, sino que “mezclan” todo lo que ven hasta crear una propia.

La exeditora de Teen Vogue y experta en tendencias de consumo Casey Lewis cita en uno de sus boletines de noticias que el ritmo en que se disparan estos nuevos términos es tan acelerado que le ha sido “imposible” llevar la cuenta en su monitoreo en la red social china.

Aunque una abrumadora mayoría de estos términos se originan en inglés, el español los importa con facilidad. Para Nicole Holliday, especialista en sociofonética y profesora en la Universidad de Pomona (California), así como creadora de contenido divulgativo sobre lingüística en TikTok, esto se debe a la enorme cantidad de personas en el mundo que son bilingües en estos idiomas. “El inglés y el español pueden pasarse palabras y conceptos del uno al otro y captarlos con rapidez”, explica en videollamada.

Holliday, que también habla español con fluidez, considera que hay ejemplos recientes “muy interesantes”, como que en español ahora los jóvenes digan “servir”, que viene del inglés to serve, un verbo que pertenecía a nichos muy específicos entre los anglohablantes: “Es realmente divertido porque es un término que proviene tanto del inglés afroamericano como de la cultura gay y drag”.

En su artículo de Vox, Jennings argumenta que el surgimiento de neologismos en TikTok, ya sea a partir de idiomas diferentes o no, es una dinámica vertical y no un diálogo. “Cuando eres creador de contenido, haces tu vídeo, la gente lo ve, escribe comentarios y tal vez respondas, pero no es un ida y vuelta”, explica. Por ello, la periodista cree que hay “un límite” en la forma en que los contenidos en línea generan nuevas palabras y términos.

Holliday, en cambio, sostiene que la dinámica lingüística entre usuarios y creadores en TikTok es más horizontal: “Siempre están hablando entre sí y están utilizando jerga de sus comunidades con intereses particulares”. Por ejemplo, pueden surgir nuevas palabras a partir del diálogo entre usuarios interesados en videojuegos con influencers de belleza o de cualquier otro ámbito. “Todos se hablan, se responden, hacen vídeos. Yo no soy un jugador, pero de repente ahora tengo una ventana en la conversación que los jugadores están teniendo y puedo coger una palabra que usan y utilizarla yo en mis vídeos. Sucede también en YouTube y Twitter, pero se da a una escala mucho mayor en TikTok”.

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