María y Ángela fueron las dos duelistas de la gran final de MasterChef 12. Las jóvenes estuvieron rodeadas de sus familiares y amigos más cercanos, así como de sus excompañeros de edición en la última prueba, que determinaría el nombre de la ganadora.
Ambas tenían que elaborar un menú propio, y así lo hicieron. María comenzó la prueba con mal pie. “¡Se me han olvidado las fresas!“, se quejó. Sin embargo, no había vuelta atrás y debía seguir con lo que tenía. “¡Tú sigue!”, le animaban desde la galería.
Por otro lado, Ángela tuvo un accidente cuando se cortó con un cuchillo. “Me he cortado, pero bien“, aseguraba preocupada. El equipo médico tuvo que intervenir, y tras vendarle, continuó con el cocinado, perdiendo unos minutos de tiempo.
El menú de María estuvo inspirado en el campo de su familia. “Allí es donde he encontrado paz, porque sabéis que he viajado muchísimo”, explicaba. Ángela decidió hacer un recorrido olfativo por los momentos de su vida: “Presento los platos con aromas“.
Finalmente, el jurado se decantó por uno de los menús. “La ganadora de la duodécima edición de MasterChef es… ¡Ángela!“, anunció Pepe Rodríguez. La joven se marchó de las cocinas con su trofeo, el premio de 100.000 euros y un máster.
“¡He ganado, estoy flipando!”, fueron las primeras palabras que los espectadores del programa pudieron oír de la ganadora. “Estoy supercontenta por ella porque se lo merece muchísimo”, le felicitó su rival. “He cumplido mi mayor objetivo“, concluyó Ángela.