Javi Puado tenía las maletas hechas para marcharse al filial del Real Madrid. Fue el héroe del ascenso del Espanyol la temporada pasada con sus goles al Oviedo. El autor de un triplete hace una semana frente al Alavés. El hoy delantero perico de referencia y máximo anotador en el RCDE Stadium (28 dianas), por delante de Sergio García y Raúl de Tomás (ambos con 27). Puado, de 26 años, sigue haciendo su vida normal, con sus amigos de siempre, en el bar de toda la vida de Barcelona, en su Eixample natal. Y aprovecha algunas tardes para estudiar la carrera de Administración y Dirección de Empresas, ya muy cerca de terminar. Le sobra tiempo para seguir haciendo historia con su club, pero a finales de curso termina contrato. Esta noche, de momento, visita el Bernabéu (21.00, Movistar).
“Yo estoy en casa, me siento como en familia, entre amigos, pero lo que venga será. Espero llegar a un acuerdo. Le pido a la gente que esté tranquila”, afirmó el capitán sobre su renovación tras el partido contra el Alavés. “A Javi lo conozco desde que era Juvenil. Es de la casa”, comentó el entrenador perico, Manolo González. “Su trabajo en cada partido es encomiable, y si encima marca, mejor. Javi es muy consciente de su importancia. Si lo pudierais ver entrenar, veríais que es un espectáculo de chico”, añadió el técnico.
Antes de aterrizar en el Espanyol, Puado empezó jugando con sus primos y amigos del colegio Salesians de Rocafort, en Barcelona. Su trayectoria se puso más seria cuando entró en la escuela del Barça, en alevines, donde coincidió con Dani Olmo. Pasó también por Cornellà y, finalmente, aterrizó en edad de juvenil en el club perico. Pronto destacó por sus goles y no pasó desapercibido. Entonces dio el salto al filial del Espanyol, pero pronto conoció la parte oscura del fútbol: se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda, en agosto de 2016, que le dejó fuera ocho meses. Pero regresó con fuerza y al año siguiente lideró al equipo hacia Segunda B, con 12 tantos en 34 encuentros. No extraña, pues, que el Madrid apuntara su nombre.
Era también un habitual en las inferiores de la selección cuando en el verano de 2017, con 19 años, estuvo a un paso del filial blanco. “Puado ha llegado a un acuerdo con el Real Madrid”, reconoció David Gallego, entonces el entrenador del filial perico. Sin embargo, el presidente Chen Yasheng frenó su salida a última hora. En ese momento, el máximo mandatario aún estaba en el día a día del club. Ya que no queda nada de eso. Pero queda Puado.
El director de la cantera del Madrid era Víctor Fernández, hoy al frente del banquillo zaragocista y también en noviembre de 2019, cuando recibió al atacante catalán en La Romareda en calidad de cedido, donde celebró cinco goles en 22 choques. Aquella estancia acabó de madurar al jugador y volvió con todo a un Espanyol recién descendido. Siempre tuvo a su lado, eso sí, a un jugador más goleador. Cuando se asentó en el primer equipo en la 2020-21, fue Raúl de Tomás el máximo anotador en Segunda (23 goles; Puado, 12). El madrileño repitió el curso siguiente, ya en Primera (17; el barcelonés, cuatro), y en la temporada 2022-23 lo superó Joselu (16, por los siete del catalán). El año pasado, Puado jugó 38 partidos en Segunda y marcó 16 tantos, mientras que Braithwaite alcanzó los 22. Pero este curso es su momento.
El pasado 23 de junio se convirtió en el héroe del ascenso con su doblete al Oviedo en la vuelta de la final del playoff. Y esta campaña ha disputado todas las jornadas, con el momento cúspide del pasado sábado, cuando le clavó un triplete al Alavés. Esta noche le toca el reto del Real Madrid en el Bernabéu en un momento sin angustias ni urgencias, con el Espanyol en mitad de tabla.