Italia: Meloni consigue eliminar el derecho al aborto de la declaración conjunta del G-7 | Internacional



La presidencia italiana del G-7 ha conseguido eliminar de la declaración conjunta de los líderes la referencia al aborto que estaba presente en el comunicado final de la cumbre anterior, la de Hiroshima de 2023, pese a las peticiones para mantenerlo de Francia y la Unión Europea. En los borradores previos al documento definitivo sí figuraba esa mención. El documento que será aprobado este viernes formalmente, al que ha tenido acceso EL PAÍS, es más débil en materia de derechos: no incluye de forma explícita el compromiso de garantizar el “acceso al aborto seguro y legal” que figuraba en el texto del año pasado, y se limita a expresar la voluntad de “promover la salud y los derechos reproductivos para todos, y avanzar la salud maternal, de los recién nacidos, niños y adolescentes”. En otro pasaje, la declaración conjunta de Estados Unidos, Japón, Canadá, Alemania, Francia, Italia, el Reino Unido y de la UE “reitera los compromisos del comunicado de Hiroshima con el acceso universal a sanidad de calidad, adecuada y accesible para mujeres, incluida la salud sexual y reproductiva”. Se trata de una referencia indirecta que evita recoger explícitamente el aborto.

Para la delegación italiana, que preside este año el grupo del G-7 que reúne a algunas de las democracias más avanzadas del mundo, y para su primera ministra, la ultraderechista Giorgia Meloni, toda mención al aborto ha sido una “línea roja”. Algunas delegaciones, como la europea, la canadiense y la francesa, trataron de oponerse y recuperar la mención al aborto, precisan fuentes de la negociación. Pero el empuje no fue suficiente. La combinación de la resistencia italiana y la voluntad general de alcanzar una declaración de consenso y no mostrar rupturas, en un contexto de alta tensión internacional en el que los países occidentales anhelan mostrar unidad, condujo a esta conclusión. Sí se logró, tras un pulso diplomático, recordar las conclusiones de Hiroshima, señala una alta fuente europea. Se espera que la declaración se haga pública a lo largo del día, pero ya el jueves, Meloni dijo que los líderes habían alcanzado un acuerdo.

En un corrillo con periodistas, el presidente francés, Emmanuel Macron, se refirió a la desaparición de la referencia al aborto en los siguientes términos, el jueves por la tarde: “Yo lo lamento, conocen la posición de Francia. No tenemos el mismo punto de vista. Francia ha integrado este derecho de las mujeres al aborto, la libertad de disponer de su cuerpo, en su Constitución. No son las mismas sensibilidades que hay en este país hoy. Francia, por su parte, comparte la visión de la igualdad entre mujeres y hombres. No es una visión que se comparta en todo el espectro político. Lo lamento, pero lo respeto porque ha sido la elección soberana del pueblo. Sin embargo, es una posición que continuaremos defendiendo con fuerza”.

Meloni contestó a Macron acusando al líder francés —que ha convocado elecciones legislativas anticipadas tras el varapalo a su partido de la ultraderecha en los comicios europeos— de hacer campaña en el G-7. “Creo que es profundamente equivocado utilizar un foro importante como este para hacer campaña”, lanzó la italiana.

Se espera que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se refiera a la cuestión en la reunión bilateral que tiene prevista con Meloni. El asunto del derecho al aborto es central en la política de Biden. Las fuentes consultadas señalan que la presidencia italiana planteó una auténtica línea roja en esta cuestión. Meloni ha llegado al poder con una plataforma política de planteamientos restrictivos sobre el aborto. Ha prometido no tocar la ley vigente en Italia, pero tiene un posicionamiento restrictivo que se evidencia en distintas acciones de su Gobierno o de su partido para entorpecer el ejercicio del derecho. Este es, en cambio, un elemento central de la campaña de Biden y su vicepresidenta, Kamala Harris, para la reelección en las presidenciales de noviembre.

El derecho al aborto es un asunto fundamental del pulso político en las democracias occidentales entre formaciones ultraderechistas, con a menudo planteamientos ultraconservadores, y fuerzas de inspiración liberal. Esta vez, ganó el planteamiento ultraderechista, que disponía de la ventaja de ejercer la presidencia rotatoria, con influencia sobre la agenda y el comunicado que surge de las reuniones.

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