Femicidios obligan a niños a atravesar dos duelos


Cuando un menor se enfrenta el asesinato de su madre, ya de por sí un evento devastador, el dolor se intensifica si el responsable es su propio padre. Esta doble pérdida, la de la figura materna y la de la imagen paterna, deja una huella profunda en la vida de niños y adolescentes.

La psicóloga Gema Monge analiza los factores psicológicos que pueden llevar a un individuo a cometer un acto tan atroz, y las repercusiones que este tipo de violencia tiene en los hijos de la víctima.

El 2024 ya fue marcado por femicidios que dejaron evidencia de esta extrema crueldad. Entre ellos, el caso de Kimberly Araya, presuntamente asesinada por su esposo y padre de sus tres hijos y el de Nadia Peraza, quien también habría sido víctima de su pareja y padre de su hija de apenas dos años.

– Debemos saber que perder a una madre debido a un femicidio es un evento traumático, el cual lleva consigo una serie de secuelas que los niños pueden experimentar: tristeza, ansiedad, miedo profundo, irritabilidad, confusión, hipervigilancia, dificultad para expresar emociones, síntomas físicos, bajo rendimiento académico, dificultad para concentrarse, baja autoestima, interpretación hostil del ambiente, problemas de sueño e incluso conductas autodestructivas, como lo son las autolesiones.

“El niño no solamente vive un dolor profundo por la pérdida de la madre, sino que también se enfrentará a muchos cambios, por ejemplo: de escuela, de rutinas, de vivienda (puede vivir con otros familiares o permanecer en algún albergue del PANI), entre otros. Su afectividad y la forma de ver al mundo se verá impactada”.

– Los niños vivirán dos duelos: perder a su madre y a su padre, quien estará en una cárcel. Por eso es tan importante que quien asuma la responsabilidad de la protección del menor le pueda dar contención, transmitirle seguridad en los momentos difíciles, fortalecer su confianza en sí mismo y velar por su bienestar en todo momento.

– Los factores genéticos pueden predisponer a una persona a cometer actos violentos. Experiencias traumáticas, como haber sido víctimas de abuso físico, psicológico o sexual, o la negligencia, pueden contribuir a desarrollar comportamientos violentos.

“Si la persona tuvo un entorno familiar con mucha violencia, estos patrones pueden ser aprendidos, normalizados y repetidos”.

– Existen diversos motivos que pueden llevar a una persona a cometer un asesinato. Algunos asesinatos son producto de un ataque de ira, sentimientos de venganza y odio, o como resultado de conductas violentas. Mientras otros son premeditados y planificados con antelación.

Kimberly y Nadia

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