Fallecido en alcantarilla tenía 69 años y solía visitar a amigos de imprentas donde laboró


Francisco Javier Gutiérrez García, de 69 años, es el adulto mayor que cayó en una alcantarilla luego de bajarse de un autobús de San Miguel de Santo Domingo este lunes, en la ruta 32, en medio de un fuertísimo aguacero en Llorente de Tibás.

La emergencia ocurrió pasadas las 6 p. m. cuando ya había oscurecido y las cunetas estaban colapsadas de tanta agua que corría. En el sitio no hay suficiente iluminación, ni aceras, ni una isla para que los autobuses puedan realizar una parada formal. Con todo este escenario, es posible que don Francisco no distinguiera entre la calzada y la cuneta y el torrente lo arrastró hasta el hueco de una alcantarilla.

Gutiérrez era oriundo de Nicaragua, pero naturalizado costarricense, y llegó al país de niño con sus padres y cinco hermanos. Se casó y tuvo dos hijos, Alonso, de 39 años, y Milena, de 36.

Este martes, Milena contó que don Francisco trabajaba en imprentas, elaborando formularios, facturas y demás documentos, hasta que se pensionó hace unos años. Sin embargo, seguía viajando a San José, donde tenía amigos que aún trabajaban en el mismo campo. Es posible que el lunes viniera de regreso hacia su casa; no obstante, sus familiares no saben por qué decidió bajarse en Llorente y no en San Miguel, donde residía.

Dice que ayer, alrededor de las 6:30 p. m., se enteró del accidente cuando una vecina la llamó para decirle que lo vieron bajarse del autobús en medio de la fuerte lluvia, y que el agua lo arrastró hasta caer en la alcantarilla. Añade que no podía creerlo, que entró en shock y que, aunque la vecina aseguraba que era él, empezaron a averiguar. Al ver que no llegaba, se unieron a la búsqueda durante la noche, pero no apareció sino hasta hoy cerca del mediodía, cuando les avisaron del hallazgo en una caja de registro del alcantarillado, a unos 14 metros de donde lo arrastró la corriente.

Búsqueda de hombre que cae en alcantarilla

Ese lunes en la mañana, como solía hacerlo, don Francisco Javier pasó por la casa de Milena para saludarla y se despidieron como de costumbre. Vivía solo en un cuarto a unos 400 metros de la casa de su familia, pues estaba separado de su esposa desde hacía unos años. No obstante, siempre pasaba a saludar a sus hijos, quienes son solteros y viven con su madre. Su pasatiempo era ver partidos de fútbol.

Ese día le contó a Milena que había comprado un celular nuevo y que iba a incorporar los números de contacto. Luego se despidieron. Milena afirma que no ha tenido tiempo de repensar lo ocurrido; no obstante, estima que no era prudente realizar una parada en ese lugar y permitir que, siendo adulto mayor, se bajara en medio de tanta lluvia.

Milena dice que tenía pensado comprarle un regalo para el Día del Padre, pero ahora el panorama les cambió de repente. Iban más bien a la Medicatura Forense a concretar el reconocimiento y demás detalles para la vela y el funeral, una vez que les entreguen el cuerpo.

Lo recuerda como un padre muy educado, que saludaba a todo el mundo y que no tenía problemas con nadie, trabajador y muy pendiente de su familia, que reside en San Miguel de Santo Domingo, Heredia. Añade que nunca esperaron que muriera de esa manera y que están muy dolidos. Ya los hermanos están enterados de lo ocurrido.

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