España celebra una gran noche de fútbol en Córdoba | Fútbol | Deportes


Córdoba fue testigo del fútbol de España, un juego divertido y atrevido que ya empieza a ser una costumbre en Europa. El Arcángel ejerció de anfitrión de la Roja después de 23 años y el equipo de Luis de la Fuente contestó al cariño de la afición con una goleada frente a Serbia que se tradujo en la clasificación de España para los cuartos de final de la Nations League. Cayeron tres goles en Andalucía, pero podrían haber sido cinco, seis, siete… si se tiene en cuenta que España sumó 30 remates. El problema que solo siete fueron a portería. Morata, que falló un penalti, se reivindicó con una bonita diana. Más preciosa fue la falta directa que Baena clavó en la escuadra para cerrar un marcador que había abierto Laporte.

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David Raya, Dani Vivian (Pau Cubarsí, min. 81), Aymeric Laporte, Pedro Porro, Marc Cucurella, Mikel Merino (Pedri, min. 64), Martín Zubimendi, Mikel Oyarzabal, Álex Baena (Bryan Zaragoza, min. 77), Fabián Ruiz (Aleix García, min. 81) y Álvaro Morata (Joselu, min. 77)

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Predrag Rajkovic, Veljko Birmancevic, Nikola Milenkovic, Strahinja Pavlovic, Strahinja Erakovic, Kosta Nedeljkovic (Nikola Cumic, min. 63), Nemanja Maksimovic, Sasa Zdjelar (Andrija Maksimovic, min. 63), Lazar Samardzic (Marko Grujic, min. 45), Aleksandar Mitrovic (Jan-Carlo Simic, min. 78) y Dejan Joveljic (Luka Jovic, min. 45)

Goles
1-0 min. 4: Laporte. 2-0 min. 64: Morata. 3-0 min. 76: Álex Baena

Arbitro Daniel Stefanski

Tarjetas amarillas
Oyarzabal (min. 6), Strahinja Erakovic (min. 37), Mitrovic (min. 52), Nikola Milenkovic (min. 53), Jovic (min. 90)

Tarjetas rojas
Strahinja Pavlović (min. 75)

España cambia de nombres y de esquema, pero no cambia su ambición. Tampoco su fútbol, ante Serbia más cerca del que enseñó en la Eurocopa, cuando ganó los siete partidos, que el que mostró el pasado sábado en la trabajada victoria ante Dinamarca en Murcia. Ayudó el campo, también la lluvia, por momentos torrencial en el Arcángel. El césped en buen estado y rápido resultó ser un caramelo para el talento de los muchachos de De la Fuente, un veneno para los serbios, altos pero frágiles en los balones aéreos, fuertes pero sin ritmo para mover el balón.

Zubimendi volvió a mover los hilos de la Roja. Esta vez arropado por su viejo conocido en Anoeta, Mikel Merino, a los que se sumaba en el centro del campo la omnipresencia de Fabián, más suelto con su expareja de la Real en la contención, liberado para asociarse con Alex Baena.

En Córdoba, la plaga de lesiones que sufre la Roja recibió un nuevo golpe, probablemente el peor. Se cayó el niño maravilla de España, imán del cariño de todos los aficionados, sobre todo de los más jóvenes: Lamine Yamal. Pero como ya había encontrado soluciones para resolver las seis bajas respecto del once que saltó al campo en la final de la Euro, De la Fuente también lo hizo cuando tuvo que resolver la ausencia de Lamine por sobrecarga.

Apostó De la Fuente por un cambio de sistema, solo con Oyarzabal como extremo puro en el ala derecha, mientras que Baena se abría y se cerraba por la izquierda al ritmo de lo que necesitara el equipo. Los dos, en cualquier caso, igual de intensos para aprovechar el entusiasmo de siempre de Morata en la presión. La idea de De la Fuente para regatear la defensa serbia —un 3-5-1 que mutaba a un 5-4-1 cuando no tenían el cuero, es decir, casi siempre—, cuajó rápido. Muy rápido. No habían pasado ni cinco minutos cuando un centro cruzado, que no invitaba al peligro en el área de Serbia, contó con la parsimonia del portero Rajkovic, para que Laporte, de cabeza, firmara el 1-0.

El gol no mermó la ambición de la Roja, mucho menos el temor de Serbia. La selección de Stojkovic tardó más de media hora en asomar por la casa de Raya,. Mientras tanto España, solo en el primer acto, desperdició ocho tiros, ninguno con acierto entre los tres postes, el más cerca un testarazo de Mikel Merino que se estrelló en la madera. La Roja dominaba el cuero, el partido, pero le costaba matar el marcador.

La falta de acierto de España se simbolizó en un nuevo falló de Morata. Esta vez desde el punto de penalti, después de que Birmanzevic tocara el balón con la mano en su área tras el centro de Pedro Porro. El poco tino de Morata (pifió dos de los cuatro que tiró con la camiseta de España), amagó con despertar a Serbia. Pero quedó solo en eso, un amago: a Mitrovic se le nubló la mirilla frente a Raya. Entonces, España se reencontró con España. Sobre todo se reencontró con el gol. Y nadie lo necesitaba más que Morata. Fabián buscó al actual delantero del Milán a un palmo de la medialuna. El 7 esta vez acomodó bien el cuerpo y, de primera, colocó el balón con suavidad al poste izquierdo, lejos de Rajkovic. El fútbol estaba teñido de Rojo, también las redes. Un premio para el partido de Alex Baena, revulsivo en Murcia ante Dinamarca, decisivo frente a Serbia. Baena aprovechó una falta directa para dibujar una parábola preciosa y así sellar la goleada de España.

Una gran noche del fútbol bajo la lluvia de Córdoba dejó a la Selección en los cuartos de final de la Nations League a falta de dos partidos para el cierre de la fase de grupos.

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