Época de siembra de granos básicos se atrasa varias semanas por la falta de lluvia


La temporada de lluvia se ha demorado varias semanas, lo que provocará un atraso en el ciclo de las cosechas de granos básicos en distintas zonas del país. Esto impactará no solo a la agricultura familiar -hogares que subsisten de lo que cultivan-, sino también a los pequeños productores que abastecen en un 70 % el mercado local. Las condiciones climáticas actuales también han afectado la producción de frijol, verduras y legumbres.

De acuerdo con el agrónomo Alberto Cano, investigador del Instituto de Investigación en Ciencias Naturales y Tecnología (Iarna), si el período de lluvia inicia con precipitaciones más o menos constantes la alteración en el ciclo de los cultivos no será “tan desastrosa”, si ocurre lo contrario, la afectación será severa.

La situación es más compleja debido a las olas de calor que se han dado en el país, si bien este es un fenómeno que es usual entre marzo y abril de cada año, en 2024 este período se ha prolongado en distintas regiones por más de 20 días consecutivos.

Esto aunado a la falta de lluvia representa un desafío adicional para el sector agrícola, y genera preocupación sobre el posible impacto en el corto plazo, pues se prevé que las altas temperaturas persistan para los primeros días de junio en algunas regiones, según la Dirección de Información Geográfica Estratégica y Gestión de Riesgos (DIGEGR) del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (Maga).

Cano menciona que para la fecha en que nos encontramos la lluvia tendría que ser generalizada en todo el país, sin embargo, en un monitoreo realizado con agricultores de distintas regiones hay lugares en donde la temporada se ha retrasado considerablemente.

En áreas de la franja transversal del norte, por ejemplo, algunos agricultores se han arriesgado a sembrar maíz a la espera de que las precipitaciones se presenten. “Hay unas 300 manzanas que tienen peligro de perderse si no regulariza el agua”, dice Gustavo Rivas, de la Asociación de Granos Básicos (Anagrab). “La mayor parte de la siembra no se hizo, pues esperan que se empareje el invierno”, agrega, y que de no darse una lluvia “normal” las plantas tendrán dificultad para crecer.

Hasta la semana pasada en el altiplano no había llovido, mientras que en la costa sur y algunas zonas de Petén las lluvias han sido ocasionales, indica Rivas.  

Según reporte del Maga, en el 2023 resultaron afectadas por sequía agrícola 54 mil 210 hectáreas en 77 municipios de Alta Verapaz, El Progreso, Retalhuleu, Zacapa, Quiché, Escuintla, Suchitepéquez, Baja Verapaz, Santa Rosa, Jutiapa, Chiquimula, San Marco y Sacatepéquez.

Impacto

Si las lluvias se generalizan en el territorio nacional en los próximos días, habría un atraso en el inicio del régimen normal de precipitaciones de aproximadamente un mes, según cálculos del Iarna.

Desde abril los agricultores esperaban las primeras lluvias para preparar la tierra y sembrar, principalmente maíz, pero no sucedido en todas las regiones. Es más, la recomendación del Maga es que quienes no tengan un sistema de riego establecido o si las precipitaciones aún no son constantes en su región, eviten hacerlo.

La agricultura familiar y pequeños productores son los más impactados, pues generalmente no tienen acceso a equipos para aportar agua a las plantas de manera artificial. En ese caso, la sugerencia por parte del Maga es utilizar métodos como la incorporación de materia orgánica para retener la humedad del suelo, también evitar fertilizar si el cultivo se encuentra en un momento de estrés.

“El agricultor siembra su semilla y si en las siguientes dos semanas no le llueve consistentemente su cosecha fracasa. En este momento están en alerta, están preocupados en casi todas las regiones del país, no se han animado a sembrar porque las señales de que el invierno se establezca no las vemos”, dice Carlos Duarte, coordinador del Observatorio de Territorio y Clima de la Universidad Rafael Landívar.

Esto llevará a un atraso de varias semanas en la cosecha, y resulta perjudicial para quienes subsisten de la agricultura. “Al momento de sembrar ya saben que dependen del ciclo del cultivo, que en tres o meses van a cosechar, y si ahorita no han sembrado, la reserva que tengan no les alcanzará”, refiere Duarte. Otro problema es que tendrán que echar mano, incluso, de las semillas que suelen guardar para la próxima siembra.

El ciclo de producción de las hortalizas es más corto, y la sequía no les afecta tanto como al maíz, sin embargo, también recienten la falta de riego.  

Cano señala que más allá del atraso en el arranque de la época de siembras, esto impactará en la seguridad alimentaria de las familias más vulnerables.

“También habrá una alteración en el ciclo de la sequía estacional, que generalmente se presenta entre septiembre y octubre, eso provoca que haya un desabastecimiento de granos básicos”, añade.

Lluvia intensa, el otro riesgo

La ausencia de lluvias es efecto del fenómeno El Niño, que va en camino de debilitarse para dar paso a La Niña, la cual traerá lluvias intensas en períodos cortos, lo que podría provocar anegamiento y saturación de suelos, e impactar las siembras de los pequeños agricultores, que, como plantea el investigador del Iarna, suelen sembrar en suelos poco profundos y en pendientes muy escarpadas y los aguaceros podrían lavar el terreno.

Lo que afecte a los pequeños agricultores puede repercutir en la cantidad y en el precio de los productos en los mercados locales, pues ellos producen buen parte de los alimentos que llegan a los hogares guatemaltecos.

“Uno pensaría que las grandes fincas son las que producen el alimento que consumimos, pero ocurre todo lo contrario, son los pequeños agricultores los que proveen las hortalizas, frutas y granos”, menciona Cano.

Esto se ve reflejado en el informe semanal de precios que realiza el Maga. Entre la semana del 27 al 31 de mayo último, el frijol negro, blanco y rojo tuvo un aumento entre Q5 y Q12.50 el quintal. Los mayoristas explicaron que el incremento se dio por una baja cosecha del grano, y que el mercado actualmente se abastece de reservas provenientes del oriente y norte del país. El maíz amarillo también mostró un alza de Q4.

También subieron de precio el güisquil y el tomate, y se observó una disminución en el abastecimiento. Otros productos que tuvieron el mismo comportamiento fueron ajo, apio, arveja china, brócoli, cebolla con tallo, chile pimiento, cilantro, güicoy sazón, lechuga, miltomate, papa, pepino, perulero, rábano, tomate, yuca y aguacate.   

El Monitoreo de la Seguridad Alimentaria y Nutricional febrero-abril 2024 mostraba ya un alza en el precio de los granos básicos -maíz y frijol-, e indicaba que la tendencia se mantendría debido a la disminución de la oferta.

Por otro lado, la perspectiva agroclimática para junio del Centro de Información Estratégica Agropecuaria del Maga indica que hay una alta probabilidad de que las precipitaciones que se presenten durante el mes sean “benévolas” para el sector agrícola.

Sin embargo, varios cultivos están en la lista de susceptibles a daños por posibles lluvias acumuladas (arriba de 400 mm), principalmente en regiones de bocacosta, franja transversal del norte y algunas zonas de Izabal y Petén.

Estarían en riesgo plantaciones de maíz, frijol, café, hortalizas, piña, banano, macadamia, plátano, cardamomo, arroz, tabaco, mashán, cítricos, hule, caña de azúcar, palma de aceite y pastos.

Según el informe, las condiciones climáticas previstas para junio están influenciadas por el acercamiento y paso de ondas del este, establecimiento de la temporada ciclónica en la cuenca del Pacífico y del Atlántico, altas temperaturas y humedad residual que pueden ocasionar la caída de granizo.

Acciones

Ante este panorama, Cano menciona como vital atender a los agricultores familiares que están en riesgo de inseguridad alimentaria y darles asistencia. Además, de activar mecanismos de alerta temprana para la protección de sus cultivos.  

“En dado caso vengan lluvias muy fuertes, empezar a ver qué sistemas o mecanismos de abastecimiento de alimentos pueden emplearse para los mismos agricultores y para el resto del país”, menciona.

Recuerda que la red de agricultores familiares subsiste de lo que producen, y que sus ingresos provienen de ello, de tal cuenta, los esfuerzos deben ir en tratar de rescatar sus cultivos no solo como la vía para abastecerse de alimentos, sino también para asegurar la producción local.

Según el Monitoreo de la Seguridad Alimentaria y Nutricional febrero-abril 2024 a partir del 15 de abril inició el período de hambre estacional en los hogares que se dedican a la agricultura, tiempo en que sus reservas de granos básicos empiezan a disminuir hasta que sale la primera cosecha en septiembre, que en este caso se atrasará.

Al 9 de mayo solo las familias del norte del país contaban con reservas de maíz blanco para tres meses, el resto de las regiones tenían para menos de un mes, por lo que para alimentarse recurrirían a la comprar de frijol y maíz, una posibilidad que no es para todos.   



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