Fabián es un joven de unos 30 años que se desempeña en una agencia de publicidad. En redes sociales, en fotografías, se muestra contento con su hija, de 8 años, y su pareja, con las que vive. Sin embargo, se mantiene agobiado por los pensamientos de inconformidad sobre su entorno, los problemas de convivencia en familia y tener lejos a sus padres, que habitan en otra ciudad.
Su anhelo en la índole profesional gira en torno a poder compartir más con sus allegados y cambiar su desempeño laboral en una empresa propia. Según él, se ha quedado estancado por el miedo de quedarse sin empleo fijo y no poder ayudar a su familia. Esa suma de situaciones lo ha llevado a tener cuadros de depresión.
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“Los pensamientos van progresando poco a poco, no te das cuenta, te encierras más y más y se convierte en un bucle (ciclo) si no sales de ahí a pedir ayuda”, narró este joven.
Los problemas socioeconómicos, falta de dinero, complicaciones emocionales y carencia de oportunidades laborales son las principales motivaciones de cuadros depresivos, que pueden desencadenar, en el peor de los casos, en intentos de suicidio.
El médico psiquiatra y psicólogo clínico Carlos Orellana, encargado de la Dirección Técnica del Instituto de Neurociencias, dijo que regularmente estas condiciones de causas de depresión se repiten y que ahora alcanzan en mayor grado a la población juvenil.
“En mi época era inconcebible eso de la imagen del suicida. Antes era el hombre de tercera edad, con enfermedades crónicas, incurables. Ahora es más el joven porque, hay que reconocerlo, no tienen oportunidades en la vida: quién le da trabajo, quién le da apoyo. La vida ahora es más difícil para el joven”, indicó el especialista.
En la Unidad de Vida, donde se mantienen jóvenes en tratamiento por pensamientos suicidas, hay más de 50 % que son jóvenes, refirió.
“Cada vez se presentan más en menores; cada vez hay inicios precoces de ideación suicida en jóvenes”, expuso el galeno, quien agregó que estos cuadros pueden presentarse por falta de presencia de padres y el consumo excesivo de redes sociales.
Atenciones en centro
El Instituto de Neurociencias de la Junta de Beneficencia registra 6.720 atenciones por cuadros de depresión e intentos de suicidio entre 2023 y lo que va del 2024. Solo en 2023 fueron 4.875, y este año ya van 1.845.
De esas cifras, un total de 2.288 atenciones han sido de mujeres por intentos de suicidio, mientras que se han contabilizado 917 casos en hombres atendidos bajo estos cuadros.
En tanto, las atenciones derivadas solo de intentos de suicidio suman 3.205 atenciones entre 2023 y lo que va de 2024.
Solo el año anterior hubo 1.717 atenciones de pacientes mujeres y 688 en hombres, sumando 2.405 asistencias. Mientras, en este primer semestre del año, ya contabilizan 571 atenciones de mujeres y 229 de varones.
Por cuadros depresivos, en 2023, hubo 2.470 consultas, tanto para mujeres como para hombres. De esa cifra, las mujeres tuvieron 1.737 atenciones. Este año, las atenciones por depresión suman 1.045 atenciones, con 734 casos de mujeres y apenas 331 de varones.
Con base en el análisis de estas cifras, las mujeres concentran al menos el 70 % de atenciones por cuadros de intentos de suicidio y depresión.
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Análisis de galeno
En contraste con las cifras, el galeno Orellana expuso que los casos de suicidio pueden llegar a concretarse en mayor grado en los hombres porque tienen mayor potencialidad de agresión y violencia mucho más que la mujer.
Además, en el hombre, la situación de desesperanza lo pone en un sitio más propenso a tomar estas decisiones.
“En un momento de situación de que me voy a matar porque he fracasado, no he sido el proveedor que la sociedad me pone, no soy el individuo triunfante, entonces, tiene el hombre esa ventaja que a su vez se traduce en desventaja de enfrentar la realidad de su derrota o no poder hacer algo”, señaló.
Dijo que ocurre por la estigmatización de su rol o figura en la sociedad, como aquella persona que está predeterminada a proveer en su hogar, alcanzar el éxito y otros estándares sociales.
A su vez, el galeno detalló que en los casos de suicidios hay una diferenciación de género y edad; por ejemplo, en adolescentes pueden ser escenarios dados en un ambiente impulsivo, en decisiones tomadas de un momento a otro, mientras que el de tercera edad lleva más planificación.
A su vez, la mujer cuando toma esta decisión lo hace en escenarios que precautelan su integridad física.
Aunque el suicidio está más relacionado con la depresión, el médico Orellana expuso que hay otros factores que conllevan estas ideas de acabar con la vida, como trastornos de ansiedad, trastornos de personalidad, trastornos psicóticos y también patologías complejas.
José Rivadeneira, jefe de Servicios Virtuales de Salud Mental del Instituto de Neurociencias, destacó que no se debe subestimar la salud mental, porque se pueden dar avances de cuadros depresivos como sucede con los dientes, en que van formándose caries hasta causar un daño irreparable si no se acude por ayuda a un especialista.
También expuso que, en ese sentido, las mujeres son más propensas a buscar ayuda con un especialista.
Para evitar el avance de cuadros depresivos, el especialista Orellana dijo que hay que diferenciar la ideación suicida, en que la persona piensa y habla de matarse, y el que intenta suicidarse (suicidante), ya que son conductas que no tienen correlación cerebral determinada.
A su vez, la psicoterapia es clave para el tratamiento de cuadros de ideación suicida y, de igual forma, para cuadros de ansiedad, aunque también con medicamentos a corto plazo, dijo.
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En adolescentes, con estos problemas, apuntó que se deben tomar precauciones en prescripción de antidepresivos.
“La problemática suicida debe evaluarse de manera independiente, porque puede darse en cualquier nivel de depresión; incluso se puede dar más en el nivel leve a moderado”, explicó el galeno, quien agregó que en las escuelas deben impartirse planes de prevención y psicoeducación en menores desde los 7 años de edad.
Gino Escobar, psicólogo clínico y terapista, sostuvo que el tema del manejo emocional inadecuado ha hecho que el impacto sea mayor en la población joven, que agrupa alrededor de 40 % de todo el país. Esta situación emocional de tristeza en profundidad, acompañada de duelos no resueltos, agrava los cuadros de depresión.
“La ideación suicida o intencionalidad de terminar con la vida se incrementan en la medida en que el sentido de vida se extingue, desaparece o no hay una razón lógica por la cual existir. Cuando generamos altas dosis de dependencia emocional, producto de las crisis sociales que tenemos, y al exagerar los niveles de miedo, la gente desarrolla dependencia emocional y la gente considera que otro le da sentido, brillo, color a su vida. Eso hace que esa persona, al no existir (novia, amigo, padres), su sentido de vida se va fragmentado o desaparece, y eso incrementa el nivel de intencionalidad suicida en muchas personas”, explicó el especialista.
Protocolos
Una vez que se reciben pacientes con intentos de suicidio y cuadros depresivos, en Neurociencias se realizan exámenes médicos a nivel general, además de seguir análisis psicológico y, de ser el caso, la aplicación de medicación en el plazo que requiera en un corto plazo. “El tratamiento psicoterapéutico es fundamental; no puede faltar”, insistió el galeno Orellana.
Además, insistió a los allegados en el cuidado en el hogar para que estén pendientes de su acompañamiento y seguimiento, sobre todo en sitios cerrados, como baños. (I)