En 1975, Montevideo Wanderers rompía el molde y clasificaba a la Copa Libertadores de América. Era la primera vez que se metía en ese torneo un club que no fuera Peñarol o Nacional.
La historia de esa gesta cuenta que recientemente había cambiado la forma de clasificar a la Copa Libertadores pasando al torneo corto conocido como Liguilla.
Roberto Burgos, exfutbolista bohemio, recuerda que la exigencia era “tremenda” y que tenían que entrenar tres veces por día.
El esfuerzo no era solo físico: Cristina Giri, hija del presidente de Wanderers Mateo Giri, dice que, por falta de recursos, las camisetas se lavaban en su casa.
Aquella primera Liguilla, Wanderers arrancó con el pie izquierdo, perdiendo con Peñarol y Danubio, pero la resurreción llegó con Cerro y Liverpool. En la última fecha se medía con Nacional, al que clasificaba el empate.
El bohemio tenía a Omar Borrás como entrenador y a Óscar Tabárez como uno de sus referentes, tanto que el futbolista Héctor De los Santos lo recuerda “como un padre” y Burgos lo define como “un técnico adentro de la cancha”.
Ese cuadro llegó a jugar el último duelo del torneo, pero Giri tuvo que cumplir una promesa y no pudo asistir al partido, aunque guardaba un as en la manga.
Aquel 28 de enero, Wanderers abrió el marcador con gol de De los Santos; Roberto Repetto puso la igualdad para Nacional y, en la hora, Washington Olivera le dio el histórico triunfo a los vagabundos del Prado.