En el Museo Antropológico de Arte Contemporáneo (MAAC) de Guayaquil ya hay salas que han sido renovadas y que ya no tienen goteras. Las maderas deterioradas en su exterior están siendo reemplazadas y la gran lona sobre su explanada será cambiada en las próximas semanas. Todo para que el espacio cultural pueda festejar en agosto sus 20 años de funcionamiento junto con la ciudadanía.
Así lo aseguró en una entrevista con este Diario la ministra de Cultura y Patrimonio, Romina Muñoz, quien añadió que la inversión en renovación de infraestructura se extenderá este año a otros espacios del ministerio: la Biblioteca Nacional Eugenio Espejo y la cubierta del Museo Nacional del Ecuador (MuNa) en Quito.
El pasado jueves 4 de julio, Muñoz también participó en el XV Gabinete Binacional en Lima (Perú), donde pudo establecer puntos de trabajo con su par, la ministra de Cultura peruana, Leslie Urteaga.
¿Cómo le fue en Perú?
(Risas) Muy bien, muy bien. Fue importante porque se acordó pensar en estrategias conjuntas para la implementación de la política de fomento de la lectura, porque ellos también hace dos años aprobaron la suya, entonces allí hay un puente de trabajo importante que vamos a empezar a explorar. Pero además también tenemos otros ejes de trabajo que tienen que ver con el intercambio de experiencias a propósito del Qhapaq Ñan (sistema vial andino) y de la gestión de sitios arqueológicos, además de intercambios de artesanos. Ecuador participó el año pasado en una feria en Lima con seis artesanos y la idea es que eso se vuelva a replicar y traer también artesanos peruanos.
¿Cómo se está implementando ya en Ecuador la política nacional de fomento a la lectura? ¿Qué presupuesto se destinará?
Cuenta con un presupuesto de $39′904.000 para su ejecución al 2030. Por ahora estamos trabajando en un plan de implementación de la política, pero ya tenemos algunos logros generados. Por ejemplo, este mes hay una convocatoria de 330.000 dólares en fondos concursables y que está dirigida a las bibliotecas comunitarias para mejoras en infraestructura, tecnológicas, mobiliarios e insumos. Y hay otra, por cerca de 150.000 dólares, que está destinada para la circulación de proyectos editoriales a nivel nacional, que contemplen su promoción en varias ciudades. Asimismo, cumpliendo con el eje de internacionalización de la política, este año la Cámara del Libro de Ecuador participó en la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBo) y también estuvimos en el Micsur (Santiago de Chile).
Otro de los aspectos del plan es la formación y capacitación de bibliotecarios, editores, etcétera, ¿lo pondrán en marcha con las universidades?
Sí, con las universidades ya hemos tenido varios acercamientos para conseguir becas para la gente del RUAC (Registro Único de Artistas y Gestores Culturales) y los funcionarios del Ministerio de Cultura, por ejemplo, con la Universidad Andina y la Universidad de las Artes. Pero también hemos estado trabajando con la ayuda de las embajadas la firma de varios convenios con algunos centros internacionales para que den capacitación a nuestros colaboradores, algo clave para fomentar su profesionalización y que puedan ofrecer un mejor servicio.
¿Cuál es la meta a largo plazo de este plan?
Que la gente tenga mayor acceso a una oferta literaria a nivel nacional y eso quiere decir llegar a ciudades donde no estamos llegando. Queremos también promover nuevos hábitos de consumo para que los niños, las familias, los jóvenes se acerquen a la lectura, a las prácticas culturales sensibles porque son lo que nos va a permitir tener un país más seguro y más informado. Además de que nuestros espacios estén más preparados y adecuados para atender a la ciudadanía. Esos son los objetivos, sabemos que estas son las estrategias que necesitamos tomar para poder realmente garantizar una mejor calidad de vida.
¿Cuál es la postura del ministerio sobre los comentarios no tan favorables que ha recibido el Museo de la Memoria?
Esto era una deuda histórica que llevaba más de diez años guardada, archivada. Pero no logramos conseguir un espacio, así que recuperamos la primera planta del ministerio y le dimos ese nuevo uso y nosotros estamos muy contentos porque vemos al ministerio vivo, mucha gente va al museo y también estamos buscando estrategias para visibilizarlo. Y todo lo hemos hecho con mucha seriedad. Hemos tenido algunas críticas quizás porque no se hizo en el lugar que un grupo esperaba que se haga y digo un grupo de las víctimas porque no son todas, y el espacio que se proponía no era nuestro, así que no podíamos disponer de un espacio que no nos pertenece. Pero también quiero llamar a la reflexión sobre que estos crímenes de lesa humanidad se cometieron a nivel nacional, no solo en una ciudad y por lo tanto es importante tener eso en cuenta (…) Y pues nosotros estamos abiertos a las críticas, ahora mismo tuvimos un proceso de mejora de la sala, porque son espacios que van evolucionando. Entonces más bien quiero invitar a la ciudadanía a que vaya porque nosotros creemos que es un hito que se haya abierto en tres meses de gestión.