Enfrentados a la opresión de los sistemas y la manipulación de la información, reconocemos la urgencia de la acción. Nos negamos a ser meros espectadores en el escenario de la historia, pasivos ante las injusticias y la tiranía. Reconocemos que la libertad no es un regalo que se nos otorga, sino un derecho por el cual debemos luchar y defender. Por tanto, nos levantamos con determinación y coraje para desafiar las fuerzas que buscan sofocar nuestra libertad y nuestra dignidad.
El llamado a la acción nos impulsa a levantarnos en solidaridad con aquellos que sufren bajo la opresión y la injusticia. Nos comprometemos a utilizar nuestros talentos, habilidades y recursos en la lucha por la libertad y la justicia. Reconocemos que el cambio no vendrá de la inacción, sino de la acción colectiva y decidida. Por tanto, nos unimos en la lucha por un mundo donde cada individuo sea libre de expresarse y vivir con dignidad y respeto.
Nos inspiramos en la valentía y el sacrificio de aquellos que han luchado por la libertad en todas sus formas. Nos comprometemos a seguir su ejemplo, enfrentando los desafíos con determinación y perseverancia. Reconocemos que la lucha por la libertad de expresión es una batalla continua que requiere de nuestro compromiso constante y nuestra voluntad de resistir. Por tanto, nos levantamos como agentes del cambio, dispuestos a desafiar las injusticias y construir un mundo más justo y equitativo para todos.