El infortunio de Ter Stegen: se confirma su lesión de gravedad | Fútbol | Deportes


Lo peor se confirma para Marc André ter Stegen. En un momento en el que había conseguido su ansiado brazalete de capitán, y se estrenaba como primero tras la marcha de Sergi Roberto. En un momento en el que conquistaba la portería de la selección alemana después de la renuncia definitiva de Manuel Neuer a sus 38 años. En un momento en el que Ter Stegen, quien siempre abogó por la no competencia, no tenía rival bajo los palos del Barcelona —borró a Claudio Bravo del Camp Nou en 2016—. Cuando todos sus deseos se habían cumplido, Ter Stegen fue víctima del momento. Este lunes se confirmaba su quinta lesión de rodilla desde 2015, y su tercera operación desde la de 2020 y 2021. Ahora verá cómo Iñaki Peña vuelve a asumir la portería por su lesión, a la espera de si el Barcelona acude al mercado a por otro portero, aunque en un contexto económico complicado. Ter Stegen, contra el Mónaco en Champions, fue el gran señalado como culpable de la derrota y de navegar a contracorriente con 10 jugadores todo el partido por la expulsión de Eric García. Un mal augurio de lo que vendría después, este pasado domingo contra el Villarreal, cuando se rompió en el minuto 46. Tras las observaciones, se confirmó lo peor: una rotura completa del tendón rotuliano de la rodilla derecha, según ha confirmado hoy el Barça. Por la urgencia, esta misma tarde el alemán pasará por quirófano, y todo apunta que se perderá la temporada.

Tras diez años como azulgrana, las dudas se han agolpado sobre Ter Stegen por errores acumulados. En Mónaco, falló su característico juego de pies, y en 10 minutos se torció todo el partido. El guardameta alemán se precipitó, arriesgó con un pase a Eric García, que estaba muy presionado, y terminó expulsado. “Lo siento por Eric, no nos hemos entendido”, tan solo dijo el alemán. A su derecha tenía a Pau Cubarsí, y a su izquierda a Iñigo Martínez, ambos liberados de marca. Realizó seis paradas, y encajó dos goles, pero falló 16 pases, con un 70% de acierto. Y los balones largos, los cazaba el Mónaco. Tras la dura derrota, la afición buscó culpables, y la prensa señaló: “Error fatal”, “Naufragio de Ter Stegen”, “Con mal pie”, titularon algunos medios deportivos en portada. Ante las críticas, el guardameta cerró los comentarios de su Instagram. Esta temporada, tan solo ha habido un partido en el que no ha encajado, frente al Valladolid. Pero la gran debilidad del alemán siempre ha sido la Champions: en 85 partidos de la máxima competición europea ha encajado 99 tantos. Siempre contundente en Liga, pero poco fiable en las fechas señaladas en la Liga de Campeones.

Ter Stegen salta a por un balón en la acción en la que cayó lesionado.
Ter Stegen salta a por un balón en la acción en la que cayó lesionado.José Miguel Fernández (NurPhoto via Getty Images)

Y es que precisamente el único título de Champions en su vitrina es la de su primera temporada como culé —2014/15—, cuando compartía portería con el chileno Claudio Bravo. Pero Ter Stegen nunca quiso competencia. Bravo se encargaba de proteger la portería en Liga, y Ter Stegen en la Copa y la Champions. Pero el alemán advirtió: sin más protagonismo, dejaría del club. El Barcelona dejó marchar a Bravo en 2016. Desde entonces, tan solo ha tenido porteros suplentes a su lado. Y su gran obsesión ha sido la capitanía: este año se ha estrenado como primer jugador en portar el brazalete tras la marcha de Sergi Roberto del club.

Caso contrario a lo que le ha sucedido en la selección alemana. Siempre el segundo en las filas como recambio de Manuel Neuer, no ha disputado ningún minuto de Eurocopa ni Mundial, tan solo clasificatorios, y solo ha participado en alrededor de 40 partidos con la absoluta —la mayoría en las ausencias de Neuer por lesión—, frente a los más de 120 de su compañero. Antes de la Eurocopa, Ter Stegen mostró su hartazgo, calificando de “muy decepcionante” su rol en la selección, asegurando que no está “de acuerdo” y que se sentía “frustrado”. “Le dije al seleccionador nacional que una cosa es deportiva y otra humana. Quiero que puedan confiar en mí”, aseguró entonces Ter Stegen.

Tras su lesión, en el Barcelona hay dos opciones: fichar o confiar en Iñaki Peña. El joven de 25 años ya tuvo que ocupar la portería el año pasado durante más de dos meses tras unos problemas en la espalda del alemán. En los 17 partidos que jugó, encajó 32 goles, coincidiendo su titularidad con un mal momento del equipo en el que la defensa estaba desconfigurada y los rumores sobre la marcha de Xavi se acrecentaban. En el caso de plantearse la opción de acudir al mercado, tan solo podrán contar ahora mismo con porteros libres, es decir, que no formen parte de ningún equipo. Las opciones, pocas: Jordi Massip —quien ya estuvo en el club—, Keylor Navas, Edgar Badia, entre otros. Todo en un contexto económico complicado del FC Barcelona.

Aunque Hansi Flick, en la rueda de prensa posterior al partido —que terminó en victoria, aunque gris por la pérdida de Ter Stegen— no quiso hablar de recambios aún. Precisamente por el hueco sensible que deja el guardameta. Por su posición, por la importancia de su juego de pies en el Barcelona, su jerarquía y la defensa adelantada de Flick que deja más desprotegido al portero. Se suma, además, a una enfermería hasta los topes —al igual que la temporada pasada a estas alturas—, con otros siete jugadores de baja. Algunos de gran necesidad, como Dani Olmo, que además debe ser inscrito más allá del 31 de diciembre para asegurar su continuidad. También la reciente rotura de la rodilla izquierda de Marc Bernal, mientras el Barcelona sigue a la espera del regreso de Gavi y Frenkie de Jong, cada vez más cerca. Tampoco está disponible Araujo, Fermín López y Andreas Christensen. En caso de no fichar y perder a Peña, Flick deberá —como está más que acostumbrado— mirar a La Masia. En el filial los porteros son Ander Astralaga (20 años) y la promesa estadounidense Diego Kochen (18 años), aún de baja un mes por una lesión muscular.

La lesión de Ter Stegen compete un infortunio para él, que ve cómo todos sus deseos cumplidos se desvanecen tras una mala caída. Pero también para el Barcelona, que trabaja contrarreloj en buscar la mejor solución.



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