Manuel, al igual que Andrea (novia de Gorka), fue a visitar a su mujer, Blanca Manchón, a Supervivientes. La concursante fue expulsada durante la última semana, pero gracias a la plaza libre que dejó la expulsión disciplinaria de Ángel Cristo, tenía la oportunidad de volver.
Mientras tanto, sobrevivía sola en una playa, aislada de sus compañeros. Para darle ánimos llegó Manuel. Lo que no esperaba nadie, y menos Blanca, fue la forma tan divertida en la que se dio el reencuentro entre ambos tras más de 80 días separados.
“Manuel, te vamos a pedir que te entierres en la arena“, le adelantaba Carlos Sobera. El hombre apareció, más tarde, completamente enterrado y con la cabeza fuera de la tierra. Le taparon con una caja, que Blanca tuvo que descubrir. “A mí me da un soponcio si te encuentro así”, confesaba el presentador entre risas.
“Puedes robar un objeto de esta playa“, le anunció Sobera a la mujer cuando llegó al lugar. “¡Quiero las brasas del fuego!”, insistió ella. “Lo mejor es que des una vuelta por la playa, confía en mí”, le aconsejaba Carlos, pero Blanca lo ignoró.
Finalmente, observó la playa y abrió la caja, encontrando debajo la cabeza de su marido. El grito de emoción de Blanca fue sonoro y emotivo. “Esto da la vida, no os lo podéis imaginar”, decía ella sin dejar de abrazar y besar a Manuel. “Ni la comida, ni nada. Esto es felicidad“, aseguró.