No solo la fuga de dos privados de libertad desde el hospital de Monte Sinaí causa desconcierto, sino las particularidades que salen a la luz tras el hecho ocurrido la madruga del 10 de mayo.
La vulneración de la seguridad en ese hospital del Ministerio de Salud provocó que el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI) presentara una denuncia ante la Fiscalía para que se indague el caso.
Hay mucho por investigar detrás de esta fuga. Ambos reclusos cumplían sentencia en el Centro de Rehabilitación Social Masculino Guayas #4, pero se mantenían internados en esa casa de salud desde hace 67 y 40 días, respectivamente.
Los requerimientos de explicaciones sobran y es curioso, por decir lo menos, que desde el propio SNAI se las demanda tras la evasión de los dos hombres. ¿Quiénes y por qué dispusieron el internamiento en la casa de salud por todo ese tiempo?
Servidores del centro asistencial aseguran que la hospitalización de uno se debe a un traumatismo en la columna, y la del otro, a una apendicitis. Oficialmente no se han proporcionado datos al respecto.
Desconcierta e indigna que aprehendidos puedan evadir controles cuando, por un lado, hay una Policía Nacional y unas Fuerzas Armadas haciendo operativos, capturando a delincuentes; pero, por otro, las denuncias y los temores que rondan este caso dejan muchos cabos sueltos que los poderes del Estado deben atar.
La fuerza pública tiene el respeto y el apoyo de la población en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo. Son estos mismos ciudadanos los que no están dispuestos a aceptar que se siga vulnerando su seguridad y confianza. La recaptura y castigo a los cómplices de esta fuga es una obligación. Además, llama a verificar si hay otros casos similares que ponen en riesgo a los servidores hospitalarios, a pacientes y ciudadanos. Cuando se traslada a un reo enfermo se activan código plata y vigilancia. Hoy, tras esta alerta, hay muchas explicaciones pendientes. (O)