Este martes se aprobó en el Senado el proyecto de Ley de Medios, que fue criticado por los legisladores del Frente Amplio, que entendieron que el tema no había pasado por la comisión correspondiente ni figuraba en el orden del día de la cámara.
La senadora Silvia Nane dijo, en su intervención, que su tratamiento consiste en “una muestra más de un atropello a todos los diálogos que no está regalando una vez más la coalición de gobierno”.
Por su parte, la senadora Liliam Kechichian manifestó que “se les preguntó (a los coordinadores oficialistas) varias veces cuáles eran las prioridades y nunca se mencionó la Ley de Medios. No está en el orden del día, ni siquiera de la comisión”.
La ley se aprobó el martes, en carácter “grave y urgente”, con los votos del oficialismo, y ahora regresa a Diputados, en medio de la disputa política por la ley de Financiamiento de los partidos políticos.
Por otra parte, también resultó cuestionado un aditivo incluido en la ley a instancias de Cabildo Abierto sobre la imparcialidad de los medios. Este expresa que “los medios alcanzados por la norma se verán obligados a brindar a los ciudadanos información, análisis, opiniones y valoraciones de manera completa, imparcial, seria, rigurosa, plural y equilibrada entre los actores políticos y respecto a ellos”.
El aditivo iba acompañado de la creación de una Junta de Garantías encargada de controlar el contenido de los medios, pero finalmente no se incluyó. Sin embargo, la redacción actual somete a los medios de comunicación a distintas sanciones. Cabildo Abierto es un partido crítico de los medios de comunicación, a los que acusa de brindar noticias sesgadas y “medias verdades”.
Este aditivo ya fue cuestionado por sus efectos en el ejercicio de la libertad de expresión por representantes de la academia. Así, el Centro de Archivos y Acceso a la Información Pública (Cainfo) expresó su preocupación y rechazó la ley.
En tanto, el exrelator para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Edison Lanza, señaló que la norma impone la obligación de hacer periodismo de determinada manera. “Si se aprueba, el periodismo queda condicionado al regulador”, concluyó.