Cómo declarar más zonas agrícolas libres de plagas en Guatemala


Las regiones de Salcajá (Quetzaltenango), Champerico (Retalhuleu) y todo el departamento de Petén tienen un punto en común: todas son reconocidas como áreas libres de la mosca del Mediterráneo. Esto les da un pase seguro para exportar a mercados de gran calibre como Estados Unidos.

Pero esto no es suficiente. El sector agroexportador guatemalteco hace hincapié en la necesidad de liberar más zonas del país para garantizar la exportación de productos agrícolas a mercados internacionales clave y evitar que se sometan los frutos a tratamientos cuarentenarios que pueden echar en menos la calidad del producto, como, por ejemplo, la aplicación de agua caliente.

José Luis Salazar, gerente de fincas de Agrotrópic, explica que la empresa cultiva varios tipos de mangos a lo largo del año para ampliar la oferta exportable (Ataulfo, febrero y marzo; Tommy Atkins, marzo, abril y mayo; Kent, mayo y junio). Sin embargo, la mosca del Mediterráneo y otras especies afectan significativamente la productividad.

Según información del Programa Moscamed Guatemala, la mosca del Mediterráneo es una de las plagas más destructivas que existen en el mundo, “por su capacidad para reproducirse y de acabar con plantaciones enteras de frutales. Suelen infestar frutas con o sin valor comercial, pero luego migran hacia plantaciones en gran escala y depositan sus huevos en los frutos maduros de cáscara blanda”.

Salazar enfatiza que la plaga clave en el cultivo de mango son las moscas de la fruta y tienen un efecto significativo cuando no se controlan, debido a que está considerada como una plaga cuarentenaria, es decir, que no goza de libre exportación a EE. UU. “Lo que necesitamos es la erradicación de la mosca para declarar la zona como área libre, pero no solo de la mosca del Mediterráneo, sino también de las otras especies, principalmente las del género Anastrepha”, agrega Salazar.

Más zonas libres de mosca

José David Domínguez, jefe de detección y control regional en el programa Moscamed, indica que el proceso para generar más zonas libres a nivel nacional, y que estén reconocidas internacionalmente, consiste primero en declarar un área libre a nivel interno del programa Moscamed y que sea reconocida luego de un año sin reportar la detección de la mosca del Mediterráneo.

Moscamed es la institución oficial encargada de la detección, control, supresión y erradicación de la mosca del Mediterráneo en su territorio y tiene la misión de detectar la presencia de la plaga y suprimirla.

“Las autoridades hacen un esfuerzo para que se declare a territorios que han sido controlados como zonas libres de mosca. Esto permitirá que pequeños y medianos productores se integren a cadenas de valor como la del mango, para que el producto de gran calidad del país sea aceptado en Estados Unidos”, aporta Fernando Zuluaga, gerente del sector agrícola de Agexport.

Jorge López, director del programa Moscamed, que trabaja de la mano con el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA), explica que la mosca del Mediterráneo es una de las plagas más importantes a nivel mundial, debido a que tiene la capacidad de adaptarse a cualquier región, temperatura y altura.

“Tenemos por el momento a Petén, declarado por el MAGA como área libre de mosca del Mediterráneo y reconocida internacionalmente por México y Estados Unidos. Las otras áreas libres que tenemos, solo declaradas por el ministerio, son Champerico y Salcajá”, comenta López.

“Las áreas de baja prevalencia se encuentran en la Franja Transversal del Norte, que es la zona de amortiguación del área libre de Petén; en Huehuetenango, que protege las áreas libres de Moscamed pero que no han sido declaradas porque hay todavía presencia de plaga, y el área de Champerico, que contempla también San Andrés en Mazatenango. En las áreas de supresión, tenemos la cuenca del lago de Atitlán”, agrega López.

Próximos pasos

Para impulsar más zonas libres, los expertos opinan que se necesita un apoyo multilateral.

“Es necesario que tanto los productores comprendan la importancia de todas sus actividades agrícolas para detener el crecimiento de esta plaga, como también a nivel de la población cuando ya se establezcan áreas libres y no permitir fruta que venga de otras áreas infestadas para evitar la reinfestación”, indica Domínguez.

Más allá de los recursos económicos, Domínguez resalta que se requiere también inversión para concientizar a la población de la importancia que tienen estas áreas.

“Se requiere impulsar a nivel de productores, que se sumen al esfuerzo de producir fruta sana, productos que tengan un valor agregado en el mercado al exportarla”, expresa Domínguez. Hay un complejo de moscas de las frutas y hay otras plagas que en algún momento se presentan como barreras cuarentenarias para el país.

El llamado del sector privado es a que el Viceministerio de Sanidad Agropecuaria y Regulaciones institucionalice y dote de presupuesto los programas relacionados con el control y detección de plagas como la mosca del Mediterráneo.

Para Eddy Martínez, directivo de Agexport, es crucial institucionalizar programas y proyectos, no tiene que haber borrón y cuenta nueva con cada administración; mantener al personal técnico capacitado, y que se asignen los recursos necesarios para que los proyectos puedan ser ejecutados, y que exista buena comunicación entre sector público y privado para que los proyectos sean exitosos.

Domínguez añade que las áreas libres deben impulsarse en función del potencial que tenga cada una para producir bienes específicos. Por ejemplo, el área que se dedica a la producción del mango por sus características. “Debemos seguir trabajando y protegiendo lo que actualmente tenemos, que es Petén, Retalhuleu y hacia la frontera con México, y en el área de Huehuetenango”, asevera Domínguez.

La prioridad para erradicar la plaga va a depender del tipo de cultivo que se encuentre en cada área, porque, como explica López, si es un cultivo extensivo como el café, por ser el primer hospedante de la mosca del Mediterráneo, no es posible eliminarla del cultivo. “Ahí es donde nosotros pedimos que todos los productores nos apoyen para saber de qué manera nosotros suprimimos la plaga con los distintos métodos de erradicación”, afirma López.

Control de plagas

Dentro de las principales estrategias para la minimización de plagas, representantes de Moscamed mencionan desde aspersión con productos amigables con el medio ambiente, hasta la técnica del insecto estéril.

Domínguez indica que para el monitoreo utilizan distintas trampas para identificar en dónde hay presencia de esta plaga. “Esta técnica se refiere a usar la misma especie y criarla de forma masiva para pasarla por un proceso de esterilización a través del uso de energía atómica. Esto nos permite contar con una gran cantidad de moscas estériles que son liberadas en las áreas con mayor concentración de mosca fértil y así, reducir la tasa de crecimiento de las poblaciones de la mosca en el mediterráneo” detalla Domínguez.

López explica que la primera actividad que se realiza es la detección y se divide en dos: por trampeo y por muestreo. La primera indica la presencia o ausencia del estado adulto en un área determinada y la segunda, determina los estados inmaduros (larvas) en un área determinada.

“Cuando hay trampeo, hay cultivos continuos en el área cafetalera, entonces utilizamos la aspersión aérea y una vez focalizada la plaga, procedemos a una terrestre que consiste en brigadas de personas haciendo aspersión”, añade López.

Concluye que el producto que se utiliza se llama el GF-120 Naturalyte y está certificado para el uso de la agricultura orgánica. El ingrediente activo es del 0.02% y estimula a la plaga para poderse alimentar y cuando se alimenta de una una gotita del producto, sufre de una parálisis.

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