El Madrid empezó el partido intentando una cosa muy poco habitual: marcar en el saque inicial desde el centro del campo. Lo intentó Arda Güler y el balón se marchó al fondo de los Bukaneros. No era la primera vez que el turco lo probaba desde tanta distancia, pero nunca en el primer segundo. Los blancos siguieron haciendo cosas raras, pero, a partir de ahí y durante un buen trecho, muy peligrosas para sus intereses. Contra lo que pudo parecer con el disparo del otomano, el equipo se presentó en el valle del Kas con el pie dislocado y sin cabeza.
Jude Bellingham, solo, le daba de forma incomprensible un pase al córner; Güler hacía una entrega temeraria a Rüdiger; mientras el alemán la perdía dentro del área y, cuando lo trató de enmendar, casi provoca un penalti. El Madrid no se aclaraba por abajo, pero lo pagó por arriba. No tuvo buena cabeza para impedir el 2-0 a la media hora.
“No somos un equipo muy grande. Los laterales no son altos”, justificó el técnico italiano. En el centro de la zaga andaban dos tallos como Rüdiger (1,90) y el francés (1,88), que no pudieron evitar que en dos centros desde la derecha le clavaran dos tantos Unai López y Mumin. En el segundo, los dos madridistas que estaban más cerca del central ghanés, que mide 1,88, eran Lucas Vázquez (1,73) y Güler (1,75).
Un inicio muy torcido para el que el Madrid tuvo respuesta, buena y rápida, pero insuficiente al final de la noche. Un empate, sin embargo, que Carlo Ancelotti quiso diferenciar mucho respecto a las dos igualadas con las que empezó el curso en Mallorca y Las Palmas. “Es diferente. Este [el de Vallecas] es el de un equipo solidario”, se arrancó en una larga y enfática confesión. “[Tras esos dos resultados iniciales en agosto] pensaba que era muy complicado buscar el equilibrio, compromiso y la actitud. Estaba muy preocupado y hemos conseguido recuperar la actitud del año pasado. Esos dos empates me afectaron mucho. Era difícil pensar que en diciembre estaríamos así. Me puedo equivocar, pero veo el 2025 muy bien. Estamos en buena línea, salgo satisfecho de aquí”, aseguró. “Hoy empezamos sin Mbappé, Vini, Camavinga, Militão, Carvajal, Mendy y Alaba. Siete titulares. Y los otros han competido muy bien”, defendió Carletto, que pudo volver a usar a Camavinga, de vuelta de una lesión, y destacó la actuación de Rodrygo, que también acaba de regresar del parte médico. En el bando rayista, el ausente de última hora fue James, aunque ni su entrenador Iñigo Pérez ni el presidente Martín Presa quisieron desvelar los motivos.
La remontada inacabada del Madrid dejó goles con asterisco. El zurriagazo seco de Valverde lo convirtió en el único de la Liga en haber metido cuatro tantos desde fuera del área. Jude Bellingham sumó su sexta jornada del torneo metiendo, más el que se apuntó el martes en Bérgamo. Según el estadístico Mr. Chip, es el primer no delantero que marca en seis citas consecutivas de Liga desde Roque Olsen, también con el Madrid, hace 72 años. Y Rodrygo volvió a anotar por primera vez desde el 24 de septiembre, En medio, dos lesiones y parones continuos. La noche parecía ya cuesta abajo para los blancos. Salió Vinicius, que intercambiaba una sonrisa con Bellingham, pero justo ahí el Madrid derrapó en otra curva. Isi empató a tres, Vinicius cargó con otra amarilla en un rebote con el árbitro protestando un posible penalti, y se quedará sin jugar el próximo domingo con el Sevilla por acumulación de tarjetas.
En una dejada suya de cabeza acabó el Madrid entregando un empate. Concedió dos dianas por el aire y no remachó la noche en otro balón aéreo en el descuento. Cuarto partido seguido que encalla ante los vallecanos. Ancelotti, eso sí, ve el futuro con optimismo si piensa en el pasado inmediato.