Antes de que sea demasiado tarde | Fútbol | Deportes



Ayer hubo fútbol. Hoy hay fútbol. Mañana y pasado habrá fútbol. Cada vez hay más partidos y una ya no sabe en qué jornada vive ni en qué competición está. No hay tregua en el calendario y eso, inevitablemente, afecta a que en el juego sí la haya. ¿Le podemos pedir a un futbolista que esprinte más de 1000 metros por partido si juega 70 al año? ¿Debemos esperar finura de cara a gol, presiones intensas en todo el campo y un juego dinámico y atractivo si quienes juegan están física y mentalmente fritos?

Hace tiempo que venimos escuchando las quejas de futbolistas llamando a la conciencia de los organismos para que revisen el calendario y hagan sostenible el negocio sin jugar cada cinco días. Mientras la sombra de una huelga en el fútbol masculino sobrevolaba los pupitres de prensa, ha habido un par de lesiones de gravedad que han avivado el debate. Uno de los que se ha roto es Rodri, que fue de los más críticos con la congestión del calendario. El centrocampista del City jugó el curso pasado 66 partidos y promedió cinco días de descanso entre encuentros, a menudo menos. Es uno de los diez jugadores que más desgaste acumula en los últimos cinco años, con más de 5.700 minutos y 50.000 kilómetros en viajes. Cada año se quiere más, hasta que no hay más.

Las lesiones son multifactoriales y no hay evidencias científicas que nos lleven a causas únicas. No hay, por tanto, un truco para evitarlas. Lo que sí que hay es consenso en que el estrés que se sufre en el fútbol moderno, por la acumulación de partidos, la intensidad del juego y los frecuentes viajes y cambios de competición, aumentan las probabilidades de sufrir lesiones musculares y articulares severas.

No vale que rebajemos la carga que acumulan los profesionales porque les imaginemos volando en business y con cuatro manos masajeando sus piernas. Juegan demasiado y desde edades cada vez más tempranas. Después de un mes de baja, Jude Bellingham ha vuelto a estar disponible para Ancelotti y, en una semana, ha participado en los tres partidos del Madrid. Y el domingo hay derbi. El caso del inglés, de 21 años, es significativo: a los 20 años, acumula cuatro veces más minutos que Frank Lampard, cinco más que Steven Gerrard y quince más que David Beckham a su edad. Cuesta imaginar una carrera deportiva larga con tal sobreexposición.

Hace dos veranos el fútbol femenino también abrió el melón de los calendarios saturados y lo hizo mientras lamentaba que la enfermería se llenara de cruzados VIP. Las que sufrieron lesiones del LCA disputaron más partidos, encadenaron más semanas de dos o más compromisos, y tuvieron menos tiempo de descanso en los 28 días anteriores a la lesión que las jugadoras no lesionadas. También viajaron más lejos, durante más tiempo y cruzaron más zonas horarias. Los calendarios del fútbol practicado por mujeres se han incrementado sustancialmente en poco tiempo sin que, por ello, hayan mejorado las condiciones de entrenamientos o viajes. ¿Mejores infraestructuras y servicios más personalizados hubiesen evitado la desgracia para Miedema, Katoto, Williamson o Putellas?

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