Alfredo Saltos Guale: Cautivadora parroquia manabita | Columnistas | Opinión


A Manabí, ensoñadora provincia ecuatoriana, la representa no solo sus hermosas cabeceras cantonales y bellas mujeres, sobresale también por la riqueza infinita de sus territorios rurales de inigualable riqueza natural aún no aprovechada de manera sustentable para la subsistencia alimentaria y agroexportadora de una pujante población, esos espacios de esperanza han sido institucionalizados en 55 gobiernos descentralizados, esparcidos en toda la geografía manabita. Uno de ellos, de singulares características, es la sin par San Isidro, que lleva ese nombre evocando al santo agricultor.

Es una de las dos parroquias rurales del cantón Sucre, encierra una invalorable agricultura con cultivos perennes y de corta duración entre los que crece el plátano, cacao, banano y una extensa variedad de árboles frutales entre cotizadas especies forestales como teca, guayacán, con floraciones diferentes que le dan al paisaje un colorido único, y sembríos como maracuyá, cuyo jugo concentrado aporta a la generación de divisas.

San Isidro es un “paraíso escondido” cubierto de amigables nubes, ubicado en un policrómico valle rodeado de colinas no muy escarpadas y prístinos riachuelos que conservan su claridad, en una planicie de 40 hectáreas, en cuyo centro se conservan, desde épocas inmemoriales restos de un mágico y misterioso centro ceremonial indígena prehispánico Jama-Cuaque, calificado como el más grande de América Latina, construido con las manos vigorosas de los primeros hombres que habitaron el lugar, dejando la huella de la cultura precolombina, que reclama la titulación de patrimonio arqueológico del Ecuador.

Muy cerca del centro parroquial se yergue vibrante la Fundación Raíces y Sueños, creada por el sacerdote español Juan Ramón Etxevarria, poseedor de un especial dinamismo logrando implantar el Museo de Cultura Montuvia, artístico espacio forjado con materiales de la zona con vivencias de múltiples comunidades autónomas de cultura ancestral montuvia, típicas por sus danzas y herramientas de trabajo muy antiguas para la enseñanzas e inspiración de jóvenes, conviviendo en un espacio que acoge piezas antiquísimas, donadas por la familia del extinto investigador José García Vélez, parte de su patrimonio privado con más de mil ejemplares rescatados de la antigua montaña donde crece impetuosa la deslumbrante San Isidro, espacio concebido por sus atributos como “ciudad sagrada”.

El gobierno parroquial conmemorará el 15 de mayo 96 años, lo que congregará a un buen número residentes e invitados, muchos regados por todas partes del mundo recordarán nostálgicos su lugar de nacimiento. Asistirán autoridades locales, de la provincia y del país, en la sesión solemne presidida por Judy Loor Marquínez, se resaltará el aporte de ciudadanos que han contribuido a materializar los sueños comunitarios siendo uno de ellos Washington Muñoz Muñoz, caballero radicado en Guayaquil con inversiones productivas en su tierra natal que constituyen hitos valiosos del desarrollo zonal, recibirá la presea Anselmo Vera Salavarría, otorgada por primera vez, así denominada en homenaje a uno de los patriarcas de la institucionalización. (O)

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