A escape libre | La Nación



“Me109cito”, decía el rótulo del camioncito que nos llevaba bien fumigados desde el comienzo de la cuesta con su carga de plátanos a cuestas. Sí, ahí andábamos nosotros, apestados por una densa y fétida nube de gases, totalmente resignados, pues en calle estrecha y llena de curvas, rebasarlo era suicidarse.

El chofer, brazo afuera, parecía ir muy orondo, vaya uno a saber si resignado con la vida que le tocó vivir o, quizá, satisfecho con ella, mientras un impaciente coro de bocinas detrás de nosotros protestaba a todo galillo. Como si de algo sirviera, o tal vez, tentándonos a que nos jugáramos la vida, que falta no nos hacía.

En fin, ¡qué dicha que hay revisión técnica en nuestro país! ¿Habría pasado el camioncito esa revisión o se la estaba jugando sin ella? Las dudas se disiparon cuando, finalmente, pudimos adelantarlo y vimos que la etiqueta de la revisión aprobada relucía en su parabrisas. Del lado superior derecho, como tiene que ser.

No es un caso aislado ni tampoco uno que se reduce a vehículos rurales. Andamos en una época en la que parece imperar el escape libre: vagonetas y furgones, autobuses, camionetas de servicio escolar y de transporte ilegal, taxis y hasta chuzos todoterreno. No veo que la reciente irrupción de los vehículos eléctricos, importante hasta ser muy visible, haya cambiado este cuadro general de la situación.

Pienso que, en vez de ver la revisión técnica como un compromiso y aportación a un ambiente menos contaminado, la ciudadanía la ha reducido a un mero requisito. Cero conciencia. A esto se suma el fin de los controles en carretera, debido al progresivo desmantelamiento de la Policía de Tránsito.

Por otra parte, la calidad del servicio de la revisión no mejora a lo largo del tiempo, y seguimos anclados a viejos indicadores de aprobación. Así, entre la poca cultura cívica y la desidia pública, el país está desperdiciando la oportunidad para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de su flota vehicular.

Entonces, ¿qué hacemos? Siempre podemos sentarnos a llorar, pero no es práctico. La adjudicación del próximo contrato de la revisión es clave, y no puede decidirse a dedo, como ocurrió con la actual empresa. Y modernizar (electrificar) el transporte público.

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El autor es sociólogo, director del Programa Estado de la Nación.

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