Al campeón de la Champions y la Liga se le ha torcido en exceso el juego, y su vida es un penar constante. No encuentra tregua. Ni siquiera el triunfo más plácido en una tarde cargada de minas (4-0 a Osasuna), con Carlo Ancelotti en una posición delicada, acabó tranquilo. Todo lo contrario. Antes del descanso, tres lesiones: Militão, Rodrygo y Lucas Vázquez.
A falta de las pruebas médicas, la alarma se disparó, sobre todo, con el brasileño, que se retiró en camilla y con las manos en la cabeza. Su rodilla derecha emitió señales más que preocupantes después de una pugna con Boyomo. Es la otra en la que sufrió en agosto de 2023 la rotura de cruzado en San Mamés. De postre, el único lateral derecho que quedaba en pie, Lucas Vázquez, fue relevado al descanso por problemas en el aductor izquierdo. Su puesto lo ocupó Valverde. Y un rato antes, Rodrygo se marchó también lesionado en el recto femoral derecho. El atacante había regresado el martes del anterior problema en los isquiotibiales de la misma pierna.
Con todo esto, y con lo que ya tenía en el parte médico (Alaba, Tchouameni y Carvajal), el Madrid terminó el encuentro con solo tres centrales sanos: Antonio Rüdiger, Fran García y Ferland Mendy, que no jugó este sábado. Con el austriaco todavía no hay plazos de regreso, aunque esta semana volvió a tocar balón en solitario. El francés estará fuera alrededor de un mes debido a un esguince en el tobillo izquierdo sufrido frente al Milan. Y al lateral español no se le espera hasta la próxima temporada.
Este viernes, por primera vez, en plena llamada al sacrificio de los jugadores, Ancelotti sí deslizó la posibilidad de fichar en enero. Por más que la enorme carestía de zagueros, debido a las lesiones, y la decisión del club de no acudir al mercado, invitaba a pedir contrataciones en sala de prensa, el italiano siempre lo había evitado. No tanto en la previa de Osasuna. “Ahora no podemos fichar. Es un tema que hablaremos los próximos meses”. Después de derrotar a Osasuna, siguió en esa línea: “Evaluaremos qué se puede hacer en enero. Ahora no podemos hacer nada”, apuntó el técnico italiano, que señaló de nuevo a la acumulación de partidos como causa de esta sangría. “La exigencia del calendario no permite a los jugadores descansar y el riesgo de lesiones es más alto”, lamentó.
“Buena actitud”
La puesta de largo del Madrid no mostró grandes avances respecto al pasado inmediato, pero los dos goles de espasmo antes del descanso y el tranquilo desenlace invitaron a Carletto a dar por buena la sesión vespertina. “Hemos tenido una mayor actitud a nivel defensivo, hemos estado más ordenados, con buen compromiso colectivo. No hemos arriesgado”, analizó el entrenador blanco, abrazado por Vinicius en los festejos del 1-0 en un choque que tenía al técnico en el desfiladero tras las últimas derrotas y pobre fútbol del equipo.
Entre tanta desgracia física, el hombre de la tarde, más allá del triplete de Vinicius, fue el menos pensado: el canterano Raúl Asencio. Nadie lo hubiera podido adivinar en un conjunto que apenas da bola a lo que produce en Valdebebas. Al joven, relevo de Militão, lo dejaron solo en la primera pelota que tocó. Nadie de su equipo acudió a ofrecerle ayuda para sacar el balón y tampoco nadie de Osasuna lo presionó. Un canterano jugando en el Madrid es un cuerpo extraño y al chaval lo dejaron hacer. Nadie contó con que, en su toque número 12, mandara un balón de 50 metros para dejar a Bellingham solo ante Sergio Herrera. Vaselina y mirada al cielo en la celebración. Primer tanto del inglés en su 13º encuentro del curso. La temporada pasada, en sus 13 primeros duelos, 13 dianas. Luego, hasta le ganó una carrera a Bryan Zaragoza. Una sonrisa en una tarde en la que Mbappé continuó con su sequía, de la que no salió pese a regresar un rato a su banda izquierda.