Álvaro Morata (Madrid, 31 años) vuelve a la selección española tras ganar el pasado verano la Eurocopa. Antes de iniciar estos dos partidos con España, el delantero ha concedido una entrevista a la cadena Cope en la que se ha sincerado sobre la depresión que sufrió hace varios meses. “Cuando me ataba las botas quería irme a mi casa”, ha confesado. “Tres meses antes de la Eurocopa estaba viendo si podía volver a jugar un partido. A veces lo que más te gusta del mundo es lo que más odias”, cuenta el futbolista. “Muy poca gente me conoce. La gente se piensa que soy de otra manera, pero sigo siendo bromista y muy trabajador. Solo me conocen mi familia, mis amigos…”.
El ex de Real Madrid, Juventus, Chelsea o Atlético de Madrid cuenta que pidió ayuda cuando iba de camino a un entrenamiento y sintió que “algo iba mal”. “Iba al vestuario y me quedaba callado en mi sitio. Luego me encerraba en la habitación y peleaba contra mi cabeza”, confiesa Morata. “He estado medicado, al final todo esto es una enfermedad como cualquier otra”.
El madrileño ha asegurado que vivió momentos muy duros y que le daba “vergüenza” estar con sus hijos, tras haber vivido situaciones difíciles cada vez que salía con ellos a la calle. “Cada vez que salía siempre tenía algún episodio, a veces sin maldad, con la gente sobre algo que había pasado en partidos anteriores. Y, al final, ellos tampoco querían ir a la compra. Llegó un momento en el que me decían tantas cosas delante de mis hijos que me daba vergüenza estar con ellos. Yo intentaba explicarles la situación”, ha dicho.
El capitán de la selección se marchó este verano a Italia tras fichar por el Milan y se ha sincerado sobre su marcha de España. “Cuando tienes momentos duros de verdad, depresión y ataques de pánico, da igual el trabajo que hagas, la situación que tengas en la vida. Tienes otra persona dentro que tienes que luchar contra ella todos los días y todas las noches. Para mí lo mejor era irme de España. Llegó un momento en que no lo podía soportar”.
Alberto Estévez (EFE)
Sin embargo, el capitán de España confiesa que ganar la Eurocopa el verano pasado le ha ayudado mucho. El delantero cuenta que se le respeta más. “Es una espada que tenía en el pecho clavada”. Para quitarse ese nerviosismo e incertidumbre la noche anterior a la final, Morata fue a la habitación de Grimaldo junto a Baena y Cucurella, que estaban con un peluquero. “Me senté con ellos para echar el rato, el peluquero me puso el flequillo rubio […] al final los compañeros me ayudaron a pensar solo en cosas positivas”, explica el delantero.
Morata no ha sido el único
Aunque pueda sorprender que un deportista de élite hable sobre la depresión como experiencia de vida, ha habido otros que también lo hicieron en su momento. Uno de ellos fue Andrés Iniesta, que esta semana anunció su retirada del fútbol. El manchego vivió este proceso también en 2009 y se extendió hasta el año siguiente, cuando España consiguió la Copa del Mundo, precisamente con su inolvidable gol ante Países Bajos. Las continuas lesiones o la muerte de su amigo Dani Jarque sumieron al ex del Barcelona en una depresión.
Una de las referentes en la lucha contra este tabú fue la gimnasta Simone Biles. La estadounidense abandonó la final de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 argumentando que sufría una depresión y ataques de ansiedad. Este verano volvió a competir en los Juegos de París, donde consiguió tres medallas de oro y una de plata.
Uno de los últimos deportistas en anunciar que sufría una depresión fue Ricky Rubio. El jugador español de baloncesto hizo un parón en agosto de 2023 y regresó a España a inicios de este año. “Cuando me aparté del baloncesto me sentí la persona más cobarde del mundo, pero con perspectiva creo que fui muy valiente”, confesó.
Como dice Morata en su entrevista y otros deportistas que han sacado a la luz sus episodios, no quiere dar pena con sus experiencias, sino “ayudar a la gente en este proceso” que puede resultar tan complicado.