La Real Sociedad araña un punto en Niza | Fútbol | Deportes

Andaba la Real Sociedad tan necesitada de ánimo, que el punto que se trae de vuelta de su viaje a la Costa Azul le sabe a gloria, pese a haberse adelantado en el marcador y gozar de unas cuantas oportunidades en la primera parte. Pero, en definitiva, los hombres de Imanol rebañaron un empate en Niza, y gracias, porque el equipo local tuvo la oportunidad de ponerse por delante después de un agarrón de Pacheco a Dante que no vio el árbitro, pero sí el VAR. Remiro le adivinó el lanzamiento a Guessand y evitó un mal mayor.

El descontrol fue la tónica de la primera parte en el estreno de la Real en la Liga Europa. Tanto el equipo donostiarra como el Niza intentaron jugar tan alegres que acabaron provocando el caos sobre el césped. Los dos equipos atacaban, pero se olvidaban de defender, como si no fuera con ellos esa misión, así que los franceses llegaban con claridad al área de Remiro, y los hombres de Imanol a la de Bulka.

La primera llegada fue de los franceses, pero Moukoko disparó demasiado cruzado para intentar superar a Remiro, que tapaba el hueco. Después, en un pertinaz intercambio de golpes, Barrenetxea, el mejor de su equipo en la primera parte, abrió camino y dejó la pelota atrás para el disparo de Marín que detuvo Bulka.

Así que se trataba de saber quién tendría más acierto, y fue la Real, después de que Rosario perdiera la pelota en medio campo, la condujera Brais hasta las cercanías del área, y allí tuvo que elegir entre varias opciones a izquierda y derecha. Intuyó la sombra de Barrenetxea, que llegaba desde atrás, y a él le llegó la pelota, colocada por el extremo donostiarra cerca de la escuadra.

Pero como el partido siguió igual, y ni con el marcador a favor atornilló su defensa la Real, que desistió de pertrecharse atrás, el Niza siguió llegando al área contraria mientras el árbitro danés empezaba a liarla con tarjetas absurdas para ambos bandos. La Real asustaba en las contras, como la que lideró Barrenetxea otra vez, pero Oyarzabal anduvo lento para armar la pierna y se le adelantó Clauss para despejar a córner. Pero el equipo vasco no acababa de cerrar las grietas defensivas, que le condenaron a recibir el empate cuando declinaba la primera mitad, en un despeje flojo de Aihen que le cayó a Rosario. El holandés se redimía, con el disparo cruzado que batió a Remiro, del error en el tanto de la Real. La blandura en una acción en la que la defensa no acertó a sacar la pelota del área en tres acciones consecutivas, retrató al equipo.

Así que en la segunda parte, Imanol ordenó plegar las velas y aguardar cerca del área, a la espera de alguna contra que no acabó llegando. Sí llegó lo que nadie esperaba, un penalti en contra de la Real, en un agarrón de Pacheco a Dante, demasiado aparatoso para que el VAR no lo tuviera en cuenta y avisara al árbitro. El brasileño estuvo listo dejándose caer y propició la pena máxima, en la que Remiro se convirtió en héroe al detener el disparo de Guessand.

Apretó más el Niza después de ese error letal para ellos, y sufrió la Real en varias acciones a balón parado, pero con la salida de Becker aireó un poco la salida del balón para descongestionar su área e impedir que los franceses se llevaran el partido.