Igual que Jonnhy Deep, Chris Sanders, Najwa Nimri, Cate Blanchett o Bardem, también los hermanos Williams aparecieron por la alfombra roja del Kursaal de San Sebastián, como protagonistas de una película documental, Los Williams, que hace un repaso a su trayectoria y la de su familia. Fue después de ganar al Leganés el pasado jueves y antes de imponerse al Celta en San Mamés en una semana fantástica con nueve puntos en tres partidos de un Athletic en racha.
Ayer, dos días antes de viajar a Italia para enfrentarse al Roma (Stadio Olimpico, jueves, 21.00 horas, Movistar) en el estreno de la Liga Europa para los rojiblancos, de nuevo Iñaki y Nico se dieron un baño de masas en la presentación del largometraje en Bilbao.
Con la Gran Vía cortada al tráfico en varios tramos, y el público, joven en su mayoría, agolpándose en las vallas, Nico —vestido juvenil, todo de blanco—, e Iñaki, muy sobrio, de negro, como su mujer, sonreían al ver la expectación que había despertado su presencia en el corazón de la villa bilbaína. Arropados por toda la plantilla del Athletic, su cuerpo técnico y muchos directivos, con el presidente Jon Uriarte al frente, y hasta el alcalde de Bilbao, Juan María Aburto, ocuparon las butacas de la sala BBK. Hasta el habitual de los programas del corazón, Álvaro Muñoz Escassi, que se hinchó a hacerse selfies, se unió a la cita.
En realidad, Los Williams es un documental sobre María, la madre de los dos jugadores del Athletic sobre los que gira el guion que ha desarrollado el director, Raúl De la Fuente, que tuvo el acierto, después de un año de rodaje, de alargarlo 12 meses más porque intuyó que podían pasar cosas.
Y pasaron, con la Copa del Athletic y la Eurocopa de Nico. Pero María es la espina dorsal. El padre, Félix, discreto hasta el punto de no estar presente en el estreno bilbaíno, apenas aparece en las imágenes, aunque el relato de su esposa le pone en valor: “Al llegar a la valla de Melilla, después de varios días allí, le dije que teníamos que volver a Ghana. Se empoderó y dijo que no”.
María ríe y llora, recordando los días durísimos de la travesía por África hasta Marruecos; estalla de júbilo con los goles de sus hijos, en San Mamés, en la Cartuja o en el Olímpico de Berlin, y es, “la jefa, le tenemos muchísimo respeto”, en palabras de Iñaki. “Varios jugadores del Bilbao Basket me han dicho, al acabar la película, que mi madre es como la de ellos. Va a ser siempre una guerrera para nosotros; somos lo que somos por ella y por mi padre”. Nico confiesa: “Vi la película junto a mi hermano en una concentración y nos echamos a llorar. Escuchar a mi madre sobre cómo cruzó el desierto te hace reflexionar sobre qué hubiese pasado si no lo hubiesen hecho. Igual estaríamos en la situación de los chavales de África que salen en la película.”
Las discusiones de los hermanos, las quedadas con los amigos de toda la vida, como Ahmed, vestido siempre con la camiseta del Athletic, hasta en la final de la Euro, hablando con su inequívoco acento navarro. El diálogo hilarante por las calles de Doha en el Mundial de Qatar. “¿Si nos enfrentamos en cuartos de final y marcas un gol lo celebrarías?”, le pregunta Iñaki a Nico, que responde humilde: “No, no, por respeto no lo haría”. Y la réplica inesperada del mayor, entre carcajadas. “Pues yo sí, además lo haría a lo grande, y en tu cara”.
Nico, que estará mañana en Roma superadas sus molestias físicas, reflexiona: “Se ve en el documental que la gente de fuera no viene a hacer ningún mal, sino a trabajar y a buscar un futuro mejor”. Ellos han sido más afortunados. “Disfrutamos como niños cuando jugamos”.
Luego Iñaki no se cansa de hacerse fotos con sus admiradores de detrás de la valla.