Mitad del año, buen tiempo para hacer ajustes


Si me permite

Mitad del año, buen tiempo para hacer ajustes

La capacidad de poder reorganizar nos hace más productivos en lo que emprendemos.

“Usemos el tiempo como herramienta, no como vehículo”. John F. Kennedy

Muy pronto en la vida aprendemos que el tiempo avanza a ritmo constante y nada podemos hacer para que se pueda acelerar y mucho menos para que disminuya su ritmo. Lo que nos toca a nosotros es cuidadosamente planificar lo que tenemos que hacer, para que en su debido tiempo esté listo. Pero si nos ponemos a lamentar por el modo como el tiempo avanza, perdemos más tiempo y la frustración es mayor.

Cuando vivimos lamentando situaciones del pasado, llegamos a perder oportunidades del presente.

Al haber llegado a la mitad de este año, debemos de un modo responsable evaluar lo que hemos alcanzado en la primera mitad y aceptar el hecho de que hay cosas que se deben mejorar y hacerlo cuanto antes; en lo que no fue correctamente hecho, aprender de él, y en lo que sea de nuestra parte, corregirlo y que se agregue al bagaje de la experiencia, para que de una manera real avancemos con madurez en la vida que tenemos por delante.

Cuando algunos afirman que hacen las cosas siempre del mismo modo porque ellos así son, es su manera de ser, es una postura triste y también lamentable. Lo correcto es que debemos ir cambiando y mejorando, no importando el calificativo de nuestro modo de vivir en el pasado. Hoy, si tenemos vida y oportunidad, debemos superar las metas que nos hemos trazado.

Los que somos conscientes de nuestro entorno y de cómo todas las cosas van cambiando definitivamente y que por ello no se detienen en su marcha, debemos marcar el paso, sabiendo hacer los ajustes que sean necesarios, para que no nos encontremos más adelante con frustraciones y fastidios por no haber hecho lo que deberíamos hacer para no estar donde añorábamos estar.

La experiencia del pasado debe ser una escuela por la que hemos transitado, no para diplomas, sino para obtener el conocimiento básico, el cual servirá en lo que habremos de planificar para el futuro. A fin de que sea de más provecho, sino también más gratificante, porque lo que la vida nos ha enseñado no ha sido en vano; por el contrario, sobre ese pasado estamos construyendo nuestros sueños, los cuales se transforman en realidades palpables y no permitimos que la dejadez nos esté aprisionando.

Seguramente, tendremos en algún momento del año, por haber llegado a la mitad, pedir a los que entienden y tienen la suficiente experiencia que nos orienten la forma en la que nos debemos manejar el resto del año que tenemos por delante.

Es muy probable que cuando al inicio del año planificamos, estábamos determinados para hacer las cosas, en ese momento nuestras posibilidades tenían otro panorama. Los cambios que se han generado no son para que nos pongamos a lamentar, porque no habíamos pensado en ningún momento que estaríamos como estamos. Pero aquí se manifiesta la medida de madurez que tenemos para reestructurar nuestros planes y poder hacer cambios que seguramente nos favorecerán. al extremo que nunca lo habíamos visualizado de ese modo. Que la mitad de este año que ya hemos vivido haciendo mucho de lo planificado sea el abono necesario para que nuestras ideas y nuestros planes puedan germinar y crecer, para que el final del año sea un tiempo gratificante por los logros alcanzados, sin miedo ni recriminamientos por los cambios que se tuvieron que reorganizar.



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