Marcelo Bielsa fue más Bielsa que nunca en la rueda de prensa previa al partido de este sábado contra Canadá por el tercer puesto en la Copa América que se disputa en Estados Unidos. El argentino cargó con furia contra los organizadores del torneo y la Conmebol. Le pegó también a los periodistas, a los que acusó de “callar” para no enfrentarse al poder. “Esto es una plaga de mentirosos”, disparó el entrenador contra la dirigencia sudamericana. Bielsa se quejó del césped en los campos de juego, de los arbitrajes y la seguridad en los estadios. Y dijo que su colega argentino, Lionel Scaloni, fue callado a la fuerza cuando fue crítico con la dirigencia. Exigió una disculpa para sus jugadores, investigados por la Conmebol tras los incidentes en el final de la derrota 0-1 contra Colombia, el miércoles pasado. Bielsa cerró la conferencia advirtiendo que sus declaraciones le traerían problemas con la Conmebol. “Uno tiene que hablar pensando en todas las amenazas que recibe si habla”, disparó.
El argentino se molestó ante la consulta de un periodista acerca de las sanciones disciplinarias que esperan a once jugadores del seleccionado uruguayo por pelearse con hinchas colombianos en las tribunas del estadio Bank of America de Charlotte. “¿Pregunta si van a sancionar a los que fueron a defender? Es un grado de complicidad, porque las preguntas también actúan de manera cómplice”, dijo, mirando fijo a los ojos del aludido. Y a partir de ese momento no pudo parar. “Lo único que le puedo decir es que los jugadores reaccionaron como lo hubieran hecho cualquier ser humano. Si están agrediendo a su madre, a su esposa, a un bebé, ¿qué me van a preguntar? ¿Si los van a sancionar después? La sanción debería ser para los que obligaron a los futbolistas a reaccionar así. Qué van a suspender a los jugadores, pídanles disculpas, viejo”, bramó Bielsa.
La estrategia de la Asociación Uruguaya de Fútbol ante la Conmebol es que los jugadores intercedieron para defender a sus familias, que estaban siendo agredidas por hinchas colombianos. Bielsa dijo que la responsablidad fue de quienes debían cuidar la tribuna o al menos ofrecer una ruta de escape para los agredidos. “Esto es simple: o le ponés el oído a las posibles sanciones o se lo ponés a la falta del pedido de disculpas. Acá falló la prevención y la puerta de escape y por eso los futbolistas reaccionaron así”, justificó el etrenador argentino.
Las acusaciones contra la prensa molestaron especialmente a algunos periodistas uruguayos. El momento más tenso se produjo cuando uno de ellos, Rodrigo Romano, de Teledoce, se levantó y se fue. “Es injusto lo que usted está diciendo. La mayoría de nosotros defendimos a los jugadores. Así que si me disculpa yo me voy a retirar”, le dijo el periodista a Bielsa, ya de pie y a punto de dejar el salón. “Lo que usted está haciendo es una actuación. Yo hablé de un porcentaje de periodistas, no de todo. Gracias a Dios no sé quiénes son ustedes lo periodistas”, le respondió Bielsa.
A esa altura, la conferencia era un monólogo del argentino, que subía el tono, gesticulaba con la manos y respondía a las preguntas que él mismo se hacía. Dijo que llevaba días acumulando bronca contra la organización y que sin querer había dicho más de lo que estaba dispuesto a decir. Para ese entonces, ya había disparado contra todos. “Cuando Estados Unidos sintió que sus intereses estaban siendo atacados, creó el FIFA Gate con el FBI. Acá no pasó nada, fue una fiesta, estadios llenos, pero no pueden seguir engañando de que las canchas están perfectas. Hicieron una conferencia de prensa con que era una cuestión visual, que Vinicius no ve, que Scaloni no debe hablar. Todo amenazas. Scaloni habló una vez y se atrevió a decir que las uniones [del césped natural que colocaron sobre el artificial] no cierran. Y los campos de entrenamiento eran un desastre. Y Bolivia no entrenó, y el penal a Brasil y todas las injusticias. Es una vergüenza, en un país que como organizador tiene responsabilidad”, dijo.
Uruguay jugará este sábado contra Canadá, que quedó fuera de la final tras la derrota 0-2 contra Argentina. La Celeste llega con once jugadores bajo amenaza de sanciones de la Conmebol y su entrenador en llamas contra la dirigencia.
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