Las remesas dicen mucho de Guatemala


EDITORIAL

Las remesas dicen mucho de Guatemala

El crecimiento de las remesas a partir de 2020 se aceleró debido al éxodo masivo detonado por la pérdida de empleos durante la pandemia.

La prevista, pero   inédita cifra de remesas enviadas al país por migrantes  durante la primera mitad del 2024  dice mucho del país y de los guatemaltecos. El monto histórico de US$10 mil 271 millones invita a prever que se cumplirá  el pronóstico de más de US$20 mil millones para el final del año, con lo cual este flujo de divisas se consolida como el principal pilar de la economía local. El uso de este recurso para consumo, además de cubrir gastos de construcción, compra de electrodomésticos, pago de educación y de servicios tiene un efecto de derrame sobre toda la actividad productiva.

Esta cifra astronómica, equivalente  en promedio a unos Q56 millones diarios de enero a junio de 2024, exhibe, en primer lugar, el compromiso de amor y responsabilidad que mantienen los guatemaltecos radicados en Estados Unidos con sus seres queridos en el país. Para poder enviar una remesa mensual o quincenal, el migrante debe tener dos y hasta tres trabajos, a menudo en horarios extenuantes, así como minimizar sus gastos, sobre todo en vivienda y alimentación, lo cual suele conseguirse al vivir hacinados junto a otros migrantes, para compartir costos.

El crecimiento de las remesas a partir de 2020 se aceleró debido al éxodo masivo detonado por la pérdida de empleos durante la pandemia. Esta salida de población productiva abarca a muchos jóvenes de 15 a 25 años que constituían parte del bono demográfico guatemalteco. La dificultad económica en la provincia, falta de plazas laborales y precarias perspectivas educativas figuran entre los agravantes de una situación que expulsa personas hacia el Norte. Los planes de generación de inversiones y trabajo  aún no alcanzan a cubrir la demanda de oportunidades de subsistencia.

Hasta ayer, el estudio a gran escala más próximo sobre el tema era la Encuesta de Remesas Migrantes 2022, efectuada por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). A pesar de haber transcurrido medio año, aún no se ha publicado el análisis de las remesas 2023. En todo caso, ese documento reflejaba que 1.9 millones  de guatemaltecos enviaban dinero a sus familiares. Esa cifra  ya habrá crecido, pues ahora  3.2 millones de connacionales se hallan en EE. UU.; la mayoría  en forma ilegal, según datos de la Cancillería.

Cada remesa representa hasta un 30% del total de ingresos del hogar beneficiario. Un 40% de los envíos va dirigido a una madre, ya sea la esposa o mamá del migrante. En una encuesta de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asíes) se estableció que un 12% de guatemaltecos reportaba laborar en fábrica; 11%, como piloto de vehículo; 10%, operario de maquinaria; 10%, en  labores agrícolas; 9%, en restaurante; 8%,  jardinería; y 6.5% tenía un negocio propio. En efecto, el recurso humano guatemalteco suele tener  buena fama entre empleadores estadounidenses, por su laboriosidad y dedicación.

En otras palabras, existe talento laboral variado en Guatemala, pero no las suficientes oportunidades para colocarse o para emprender un negocio. Y allí radica el reto. Las remesas no serán un flujo permanente. Diversos factores pueden llevar a su declive. Mientras tanto, debe aprovecharse esta inercia para atraer inversiones y brindar una mejor calidad educativa de cara a los retos de competitividad. Para ello es necesaria la generación de espacios de crédito para las familias de migrantes, así como potenciar las micro y pequeñas empresas comunitarias para frenar la salida de una fuerza productiva que solo regresa, en parte, con las desoladoras y dolorosas deportaciones.



Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *