Los interruptores son los referentes barriales que trabajan con población vulnerable y apuntan a reducir la violencia en zonas consideradas como rojas.
Estos referentes barriales salen en parejas de dos personas y recorren las calles de Marconi, Villa Española, Nuevo Ellauri, entre otros lugares, y toman contacto con la realidad de jóvenes, que por diferentes motivos, cayeron en adicciones y quedaron alejados de las normas sociales.
Gustavo Amorín es un interruptor que conoce la realidad de cerca, agradece día a día su trabajo y afirmó que para saber cuál es la problemática de estos jóvenes, se debió haber vivido algo similar.
“Tenemos jóvenes que no pueden ir al liceo por violencia en el barrio, porque alguno de sus familiares tuvo problemas, si no va al liceo, se queda en la esquina y sin duda que en ese lugar no va a estudiar”, indicó Amorín.
Jenny Silva, quien también ocupa el rol de interruptor, manifestó que la comunidad se siente agradecida con este trabajo, porque lleva tranquilidad a los barrios.
Según Silva, “son jóvenes que están en situación de calle con consumo problemático y que la única forma que tienen de vida es involucrarnos en conflictos porque no encuentran otra forma de vincularse y relacionarse, entonces esas son las mayores dificultades que atraviesan estos jóvenes para poder sobrevivir”.
“Es de todos los días, de estar presentes con ellos, de acercarnos y preguntarles cómo están, de buscar gestionar recursos, tan sencillo como el documento de identidad, que normalmente es algo que no tienen, recursos para alimentación y vivienda. Son acercamientos micros que van generando confianza”, concluyó Silva.