Escasez de especialistas y sus repercusiones


El sistema de salud enfrenta un grave problema: la falta de profesionales suficientes para cubrir la demanda de la población. El problema afecta tanto la calidad como la equidad, y tiene consecuencias negativas para los pacientes, el bienestar de los médicos y la sostenibilidad del sistema.

La escasez de médicos especialistas tiene varias causas, entre las que se pueden destacar:

1. Envejecimiento de la población. El aumento de la esperanza de vida y la baja natalidad implican una mayor demanda de servicios de salud, especialmente de atención primaria y de especialidades relacionadas con enfermedades crónicas y degenerativas.

2. Envejecimiento de los médicos. Un gran porcentaje de los que trabajan en la seguridad social sobrepasan los 50 años, y muchos de ellos se jubilarán en los próximos años, lo cual supone una pérdida de capital humano y de experiencia clínica que no se está reponiendo adecuadamente.

3. Planificación. La formación de especialistas no se ha adaptado a las necesidades del sistema sanitario, y ha originado una oferta insuficiente y desequilibrada de médicos. En ciertas especialidades, el problema es el exceso de profesionales y en otras, el déficit. En algunos lugares, padecen sobresaturación y en otros, hay vacantes.

4. Precariedad laboral. Los médicos laboran en condiciones poco atractivas, lo cual incluye bajos salarios, sobrecarga de trabajo, falta de recursos, escasa autonomía, poco reconocimiento y limitadas oportunidades de desarrollo profesional. Estas condiciones provocan insatisfacción, estrés, síndrome de desgaste profesional (burnout) y desmotivación. A la vez, favorecen la fuga de talento hacia otros sectores o países.

La falta de médicos tiene consecuencias negativas para los pacientes, los médicos mismos y el sistema sanitario. Algunas de estas consecuencias son:

1. Deterioro de la calidad de la atención. La escasez de médicos implica demora, discontinuidad, despersonalización y una menor seguridad de la atención sanitaria. Esto puede afectar al diagnóstico, el tratamiento, el seguimiento y la prevención de enfermedades, y aumentar el riesgo de errores, complicaciones y efectos adversos.

2. Aumento de las desigualdades en salud. Los grupos más vulnerables, como las personas mayores, con enfermedades crónicas, de bajos ingresos, residentes en zonas rurales o aisladas, o las que pertenecen a minorías étnicas o culturales resultan perjudicadas de forma desproporcionada. La atención es de peor calidad y menos equitativa.

3. Deterioro de la salud de los médicos. La presión asistencial, la responsabilidad, la exigencia y la frustración son causa del deterioro de la salud física y mental de los profesionales. Además, aumenta en ellos el riesgo de sufrir estrés, ansiedad, depresión, burnout, adicciones, enfermedades cardiovasculares y hasta el suicidio.

4. Aumento del gasto sanitario. La falta de médicos implica una menor eficiencia, una menor efectividad y una menor calidad de la atención sanitaria. Esto produce un incremento en el consumo de recursos, pruebas diagnósticas, medicamentos, derivaciones, urgencias, hospitalizaciones y cuidados paliativos. Todo ello conlleva un aumento del gasto sanitario, que compromete la sostenibilidad del sistema.

La escasez de médicos requiere una respuesta urgente y coordinada de las autoridades sanitarias, las organizaciones profesionales, las universidades, los sindicatos, los pacientes y la sociedad en general.

No se resuelve creando farmacias para la venta de medicamentos o contratando médicos especialistas extranjeros con un total desconocimiento del sistema de salud costarricense.

La situación de la CCSS se resuelve mejorando la oferta de médicos, las condiciones laborales y el reconocimiento a los que trabajan en la seguridad social. Solo así se garantiza el derecho a la salud de los ciudadanos y el futuro del sistema público.

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El autor es pediatra infectólogo.

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