Cómo saber si estás sufriendo maltrato psicológico

No hay vínculo determinado en el que se pueda sufrir maltrato, puede suceder siempre que haya una relación que se dé en forma dispar. Una madre con un hijo, un novio, una hija con su madre anciana, un jefe con un empleado. Cómo una persona puede darse cuenta que está sufriendo maltrato psicológico.

El maltrato psicológico es una forma de violencia, en la que una persona ejerce poder sobre otra, con actitudes que se repiten y reiteran físicas y verbales y que atentan contra la estabilidad emocional de quien es víctima de la situación.

La persona afectada sufre intimidación, culpa y baja autoestima, sin lograr salir de la situación donde se siente prisionera.

Tanto en las situaciones de dependencia emocional como en las de maltrato existe una necesidad de la persona en inferioridad de condiciones de salir de esa situación y de rearmarse y dejar de sufrir.

Mantener estas relaciones de maltrato siempre tiene consecuencias directas para la víctima. No es algo que se repare con el tiempo y termina teniendo consecuencias físicas y mentales que deterioran la salud.

Lo primero, entonces, es identificar los síntomas que se presentan cuando se da este tipo de violencia. En la página de especialistas Psicología y Mente se pueden responder unas 30 preguntas para darse cuenta de la gravedad de la situación. Aquí, algunas variables:

Las necesidades del maltratador siempre son prioritarias. Aparecen exigencias o una necesidad de que el tiempo sea dedicado siempre a lo que esa persona necesita. Y se dan graves consecuencias si no se cumple con esta demanda.

El victimario hace sentir al otro no es válido ni capaz. Se generan intentos de distorsionar la realidad, de no aceptar las emociones del otro. Se lo acusa de ser débil o “demasiado sensible”. Sus opiniones no son válidas, ni su trabajo o sus esfuerzos suficientes. El maltratador siempre se siente superior y lo manifiesta.

Se rompe la estabilidad de la vida de la víctima. La persona sufre una sensación de caos constante. Quien maltrata tiene arrebatos emocionales, fuera de la realidad, con un comportamiento impredecible, que suele terminar en humillar al otro.

Necesidad de control. La víctima es controlada todo el tiempo. Cómo se viste, qué hace con su tiempo libre, quiénes son sus amistades, en qué trabaja, qué mensajes le llegan a su celular. Muchas veces, esto es justificado de parte del agresor como una forma de “querer proteger o cuidar al otro”.

Si bien todo esto suena bastante a una pareja, lo cierto es que también se da en otro tipo de vínculos. En el caso de los niños que son maltratados, es necesaria la intervención de un adulto de su entorno que busque la mejor forma de actuar. A veces, puede ser hablando con los progenitores, otras haciendo directamente una denuncia.

En el caso de que esto se dé entre adultos, los profesionales de la salud mental aconsejan en primer término alejarse de esa persona. En caso de que sea una pareja, romper la relación. Luego de esto o durante este proceso, es necesario, casi imprescindible, que la víctima tenga algún tipo de acompañamiento profesional.