Alerta en Guatemala por consumo de hongos silvestres


El Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social lanzó una alerta ante el consumo de hongos silvestres, pues este se incrementa durante la época de lluvia y con ello también se disparan los casos de intoxicación por su ingesta.

Por lo anterior, Salud “hace un llamado para prevenir los brotes de intoxicación por el consumo de hongos silvestres, poniéndose en riesgo la salud de la población, ya que pueden ser tóxicos o venenosos, los cuales se confunden con los de especies comestibles”.

De acuerdo con la cartera sanitaria, los hongos silvestres “proliferan” en bosques y zonas rurales durante le época lluviosa, por lo que ”son una opción popular en la cocina guatemalteca”.

Sin embargo, Salud advierte que “su recolección y consumo pueden representar riesgos significativos si no se toman las precauciones adecuadas”.

Cifras

Las autoridades detallan que en el 2023, entre mayo y septiembre, se registraron 22 casos de intoxicación por consumo de chongos en nueve niños y 13 adultos, de los cuales 9 personas fallecieron.

Los casos ocurrieron en comunidades de Quiché, San Marcos y Guatemala Noroccidente, según Andrea Aldana, epidemióloga de la Dirección de Epidemiologia y Gestión de Riesgos del Ministerio de Salud.

Los tóxicos más comunes

Los hongos se consumen por su sabor y valor nutricional, pero hay que saber diferenciar entre los tóxicos y los comestibles para evitar problemas de salud.

Al recolectarlos se debe tener cuidado porque no todos son comestibles. Los expertos indican que en el país hay 35 especies consideradas tóxicas.

“Los hongos son organismos cosmopolitas que crecen en diferentes hábitats. Es común verlos crecer en nuestros jardines, parques, bosques y hasta en macetas, debido a que tienen un papel importante en la naturaleza ayudando a las plantas a crecer. Sobre todo, a las especies arbóreas como pinos, encinos y pinabetes formando una asociación entre el hongo y las raíces de los árboles”, explicó en una entrevista anterior Roberto Cáceres Staackmann, químico biólogo investigador de la Unidad de Biodiversidad, Tecnología y Aprovechamiento de Hongos Comestibles –BioTAH-, del Departamento de Microbiología de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacia de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC).

Los hongos comestibles silvestres son colectados en los bosques por personas que los conocen y saben diferenciar, porque desde su niñez sus familiares les han enseñado a reconocerlos. Luego, son vendidos en los mercados municipales del centro y altiplano del país, áreas en donde es más común que crezcan gracias al clima húmedo.

El principal problema con la recolección de hongos ocurre cuando personas que no saben identificar y diferenciarlos los comestibles van a las áreas verdes a buscarlos y los llevan a sus casas para su consumo.

“Si es una especie no comestible pueden presentar síntomas que varían desde un simple dolor de estómago, hasta casos severos que requieren hospitalización. Incluso, dependiendo de la gravedad, pueden causar hasta la muerte”, indicó Cáceres Staackmann.

A continuación, se enlistan los géneros de hongos más comunes en Guatemala y se mencionan los lugares en donde se pueden encontrar; sin embargo, esto no excluye que se ubiquen en otros departamentos del país.

Amanita muscaria subsp. Flavivolvata

Tiene superficie brillante, color rojo intenso en el píleo o sombrero, así como en las adultas y color rojo-naranja en jóvenes en el margen. Se identifica por verrugas irregulares o piramidales de color amarillas o blancas. Se localiza en Tecpán, Chimaltenango.

El género Amanita muscaria subsp. flavivolvata, es uno de los hongos tóxicos más comunes de Guatemala. (Foto Prensa Libre: cortesía Armando Betancourth ).

Amanita sp. sección Phalloideae

Puede medir de 5 a 15 centímetros de ancho, con píleo (sombrero). En el sombrero presenta una coloración que puede ser verde oliva o blanco. Su tinte no es uniforme, sino que es pálido en los bordes. El anillo caído asemeja una falda que rodea al hongo y es de 1 o 1.5 centímetros de diámetro. El pie es blanco.  Se localiza en Sacatepéquez.

El género Amanita sp., es uno de los hongos tóxicos más comunes de Guatemala. (Foto Prensa Libre: cortesía Armando Betancourth).

Agaricus sp.

Son similares a otros champiñones que sí son comestibles, por lo que se debe tener cuidado. El tamaño de su sombrero, presencia de un anillo en el pie, laminillas en el sombrero que primero son claras, en su mayoría rosadas, y al madurar marrones o negras, hacen que la confusión sea mayor.

Sin embargo, se caracterizan por el olor y el cambio de su coloración de blanco a amarillo intenso por el contacto o roce. Al consumirse se padece de calambres abdominales, vómitos, diarrea y deshidratación severa. Se localiza en la ciudad de Guatemala.  

El género Agaricus sp, es uno de los hongos tóxicos más comunes de Guatemala. (Foto Prensa Libre: cortesía Armando Betancourth).

Inocybe sp.

Contiene muscarina, una toxina que afecta el sistema nervioso autónomo. Los síntomas de intoxicación por muscarina comienzan entre 15-20 minutos después de ingerir los hongos, se presentan náuseas y vómitos, acompañados de diarrea.

Este género se caracteriza por tener un sombrero pequeño, que raras veces alcanza los cinco centímetros, de forma cónica en su primera etapa, pero que después se va aplanando. Generalmente es blanco, pero existen variedades con tonos lilas. Se localiza en la ciudad de Guatemala.  

El género Inocybe sp., es uno de los hongos tóxicos más comunes de Guatemala. (Foto Prensa Libre: cortesía Armando Betancourth).

Russula sp.

La parte superior, o sombrero, puede ser medio esférica o plana, con un diámetro que alcanza los 10 centímetros. Los hongos jóvenes pueden tener una tapa esférica o en forma de campana, pero cambia con la edad. El pie puede ser blanco o con tonos pálidos. Se localiza en San Lucas Sacatepéquez.

El género Russula sp., es uno de los hongos tóxicos más comunes de Guatemala. (Foto Prensa Libre: cortesía Armando Betancourth).

Chlorophyllum

Tiene un sombrero grande, que generalmente mide los 20 centímetros de diámetro. Sus láminas son de color blanco cuando son jóvenes, pero cuando crece se va tornando a verde. El pie puede superar los 20 centímetros de alto, de color blanco o beige.

El género Chlorophyllum, es uno de los hongos tóxicos más comunes de Guatemala. (Foto Prensa Libre: Shutterstock).



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