La perspectiva de una llegada de la extrema derecha del Reagrupamiento Nacional [RN] de Marine Le Pen al poder en Francia ha sacado a decenas de miles de personas a la calle en Francia este sábado. Las manifestaciones, convocadas por sindicatos y asociaciones de izquierda, han tenido lugar en todo el país, en un momento de tormenta política tras el inesperado adelanto de las elecciones legislativas por parte del presidente francés, Emmanuel Macron tras la victoria del RN en las elecciones europeas del 9 de junio. Ante los riesgos de altercados, la policía ha desplegado a 21.000 agentes. A la convocatoria se han unido los partidos de izquierda, que acordaron la víspera presentarse con un programa común a los comicios del 30 de junio y el 7 de julio.
En París, la marcha empezó a las dos de la tarde en la céntrica plaza de la República y se dirigió a la plaza de la Nación, donde cientos de personas coreaban consignas en contra de la ultraderecha y a favor del llamado “nuevo frente popular”, la alianza sellada por los partidos de izquierda —desde los euroescépticos de Jean-Luc Mélenchon hasta los socialdemócratas européistas de Raphael Glucksmann— para concurrir unidos a los comicios.
“Vivimos una época aterradora”, asegura Nicolas, de 34 años, que prefiere no dar su apellido y que participó en la marcha de la capital francesa junto a tres amigos. “Hay que evitar que [Marine] Le Pen llegue a la segunda vuelta”, añade, mientras sus compañeros muestran los carteles que prepararon para la ocasión. “Francia no es fascista”, reza uno. “Aquí es París, no es Vichy”, se lee en otro, en referencia al régimen colaboracionista francés con la Alemania nazi durante la II Guerra Mundial.
Según una primera serie de sondeos citados por Reuters, RN podría ganar las elecciones y estar en condiciones de formar el próximo Gobierno. Una encuesta publicada por la revista Le Point el viernes pronosticaba que RN lideraría la primera vuelta de las elecciones parlamentarias con un 29,5% de los votos, por delante del Frente Popular, la coalición de partidos de izquierdas, que obtendría un 28,5%. Los centristas de Macron se situarían con un 18%.
“Es un momento histórico, estamos ante un salto a lo desconocido para nuestra democracia”, declaró en la emisora France Inter Marylise Léon, líder del sindicato moderado CFDT, el primero de Francia. “Con nuestro maremoto popular, vamos a evitar esta catástrofe organizada por Emmanuel Macron y Marine Le Pen”, dijo por su parte Sophie Binet, la secretaria general de otra central, la CGT, antes de iniciarse la manifestación de la capital francesa.
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“Es importante votar”
Lahna Cisse, de 23 años y que resalta que sus abuelos son inmigrantes, distribuye octavillas de la alianza. “Es importante ir a votar”, asegura, expresando su preocupación por la abstención de los más jóvenes, que revela, según ella, cierto “déficit democrático”. A sus espaldas, cuelga una gran bandera francesa. Su amiga Yasmin Hamrit, de 21 años, cree que Macron convocó estas elecciones para tratar de volver a aumentar su popularidad, tras un año marcado por las masivas protestas en contra de uno de sus proyectos estrella, la de las pensiones, que aumentó la edad de jubilación. Para ella, el Gobierno debería “escuchar más” a las juventudes de los barrios populares y del mundo rural, para demostrarles que se puede creer en las instituciones.
En la ciudad de Lyon, las protestan tendrán lugar este domingo, aunque cerca de 2.000 personas se manifestaron ya el viernes ante el Ayuntamiento, según la prefectura. El ministro del Interior, Gérald Darmanin, envió este viernes una nota a los prefectos y responsables de seguridad para advertirles de un contexto de seguridad “extremadamente sensible” antes de las elecciones. En el mensaje, alerta sobre posibles enfrentamientos entre la ultraderecha, con 2.700 personas “vigiladas”, y la extrema izquierda, con 5.500.
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